CRÓNICA

Joan Ollé monta una académica versión de 'Desig sota els oms' en el TNC

'Desig sota els oms', dirigido por Joan Ollé en el TNC.

'Desig sota els oms', dirigido por Joan Ollé en el TNC. / David Ruano

José Carlos Sorribes

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'El mito fundacional del sueño americano también empezó a cultivarse en tierra de colonos, en esas granjas del Medio Oeste o de Nueva Inglaterra, donde había que ganarse palmo a palmo la prosperidad en el nuevo mundo, y que se defendían a cara de perro. Y cuando no era posible alcanzar el bienestar había que soñar con ir a buscarlo un poco más lejos, a la California de la fiebre del oro. En ese contexto se sitúa 'Desig sota els oms', la pieza de Eugene O'Neill, escrita poco antes del 'crack' del 29 y que está considerada la tragedia fundacional del teatro norteamericano. Es la que ha abierto la temporada de la Sala Gran del TNC, bajo dirección de Joan Ollé.

Escenografía impactante

La propuesta reúne los requisitos que reclama un marco tan grande como el marco principal del teatro público, empezando por una impactante escenografía giratoria para recrear las diferentes localizaciones de la granja de Efraïm Cabot (Pep Cruz), el lugar fetiche y objeto de deseo. Quizá en esa escenografía, coronada por unas proyecciones paisajísticas, se eche de menos los olmos del título de la obra de O'Neill, aunque sí hay de fondo un gran tronco seco, que recuerda al árbol del ahorcado. Si la escenografía es convencional más riesgo corre la propuesta lingüística de 'Desig sota els oms'. Para acentuar la ruralidad y rudeza delos personajes, se ha apostado por un catalán con giros y acentos propios de la Garrotxa, que se revelan como la mayor transgresión del montaje. Puede suponer, sin embargo, una barrera a salvar por el espectador en las primeras escenas.

En ese entorno rural se desata una tragedia alrededor de la posesión, de la ambición desatada, y de un amor inspirado en el aliento trágico de un clásico como Eurípides. Por la granja pugnan tres hermanos -Simeon (Pepo Blasco), Peter (Santi Ricart) y Eben (Ivan Benet)-, en la ausencia momentánea del patriarca. Los dos primeros abandonan y se van a California, por lo que dejan solo a Eben en espera de su padre, recién casado con una mujer bastante más joven, Abbie (Laura Conejero). El regreso del matrimonio destapará la caja de los truenos. Ella, ambiciosa y seductora, cambiará al padre por el joven. La pasión desatada entre ambos y sus cambios de conducta darán paso al desenlace trágico de unos personajes que persiguen el imposible.

'Desig sota els oms' se sostiene en la fuerza del trío protagonista, aunque Cruz tiene más cimientos para defender el personaje del viejo granjero que se resiste al crepúsculo existencial. Conejero y Benet lidian, con su contrastada capacidad, con una pareja de amor a quemarropa, aunque que resulte algo chocante en algunas escenas. Como ese encuentro fogoso en la sala convertida en velatorio de la madre de Eben.