ENTREVISTA

Robico: "Tengo en cuenta a mis fans a la hora de crear historias"

La joven autora de 'El Monstruo de al lado' y 'Nuestras preciosas conversaciones' habla en el Salón del Manga sobre su carrera como dibujante

Autorretrato de la autora de manga Robico.

Autorretrato de la autora de manga Robico. / periodico

Josep M. Berengueras

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Tras el pseudónimo de Robico se esconde una joven dibujante japonesa que desprende simpatía. Se ha convertido en una superventas gracias a su estilo de dibujo y sus historias románticas protagonizadas por jóvenes de instituto. Es una de las invitadas al Salón del Manga de Barcelona.

¿Por qué decidió usar un pseudónimo? No quiero que se sepa ni nombre, es una cuestión relacionada con mi privacidad. En Japón hay dos tendencias: unos autores de manga usan su nombre real y otros prefieren pseudónimo, es normal. De hecho, tenemos un dicho que dice que los autores que usan su nombre real hacen historias basadas en sus experiencias; mientras que los que usan pseudónimo, crean historias que provienen más de su imaginación.

¿Por qué eligió el pseudónimo de Robico? Tenía una perrita que se llamaba Robin. En japonés, los nombres de las chicas muchas veces acaban en ‘ko’, así que cuando iba a debutar y me preguntaron cómo quería firmar y decidí usar el nombre de mi perrita acabado en ‘ko’. 

¿Por qué decidió hacerse dibujante de manga? Desde pequeña me gustaba mucho leer manga. Era de las personas que se pasaba horas y horas en las librerías, cada vez que veía una entraba a leer manga. Ya de adulta, cuando estaba empleada en trabajos temporales por horas, un conocido me dijo: ¿si te gusta el manga, por qué no pruebas a dibujar y hacerte profesional? Y eso es lo que hice.

¿Qué había dibujado hasta entonces? De pequeña imitaba mucho a Dragon Ball, que me gustaba mucho...

¿Por qué eligió el género shojo (manga romántico)? Realmente, para ser profesional el camino más corto es hacer shojo, mangas con historias románticas. Es así por dos motivos: porque el mercado es muy amplio, es decir, hay muchísima gente que lee shojo, y también porque yo era joven y por tanto la franja de edad de mis posibles lectoras era similar a la mía, así que nuestros intereses podían ser similares… Bueno, claro, y también porque me gusta leer shojo.

¿Desde que dejó el trabajo temporal hasta que se hizo profesional cuánto tiempo pasó? Unos 10 meses. En Japón el método para publicar es que el dibujante crea historias y las envía a varias revistas a probar suerte; yo, por ejemplo, envié mi primera historia a cinco revistas diferentes. A mí me aceptaron publicar al tercer intento. 

Debutó en el 2005, muy joven. Lleva ahora 12 años publicando. ¿Considera que ha evolucionado su dibujo y su manera de explicar las historias? Mi estilo de dibujo no considero que haya cambiado mucho. Pero lo que sí que es diferente es que ahora hay mucha más gente que me lee que antes. Por eso ahora cuando creo historias, lo que hago es tener en cuenta qué les puede gustar a los fans.

¿En ‘Nuestras preciosas conversaciones’ (Norma) también ha tenido en cuenta a los fans? (Risas). En realidad me refería sobre todo al resto de obras… Esta es justo una obra más parecida a lo que yo haría por mi cuenta… De hecho, es una historia donde la protagonista se pregunta por qué los chicos actúan de una manera y donde el chicho protagonista tiene inquietud sobre el porqué las chicas son así de incomprensibles.

Su mayor éxito hasta la fecha es ‘El Monstruo de al lado’ (Norma), que incluso tuvo anime. ¿Cuál fue su reacción al saber que tendría serie de TV? Mi reacción fue un grito de ‘síiiii’. Me emocioné mucho porque uno de los objetivos de todo mangaka es conseguir un anime de su serie.

¿Y habrá anime de ‘Nuestras preciosas conversaciones’? No lo sé, pero me encantaría.