exposición

El CCCB explora el planeta actual y los futuros posibles

Ochos instalaciones inmersivas interpelan al espectador sobre el cambio climático y el fin del mundo tal como lo conocemos

zentauroepp40664191 barcelona 24 10 2017  icult   exposici n  despr s de la fi d171024194751

zentauroepp40664191 barcelona 24 10 2017 icult exposici n despr s de la fi d171024194751 / periodico

Natàlia Farré

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Londres en el año 2050. Los pisos estándar ya no tienen sala de estar o comedor; tienen un huerto, pero no un huerto urbano al uso sino uno realizado con pequeños muebles de Ikea reconvertidos en criaderos de insectos, sitios para cultivar champiñones o tiestos de lechugas. Los ventiladores de los ordenadores y otros objetos tecnológicos ya en desuso son ahora partes de un sistema de riego por vapor de los cultivos. Hay caza, pero de animales urbanos. Y las conservas son la nota dominante en las cocinas. En las neveras, nuevas recetas pegadas: hamburguesas de gusanos y estofado de zorro. Todavía hay periódicos, pero estos solo hablan de condiciones meteorológicas extremas, cadenas de suministración alimentaria rotas y actos de ecoterrorismo. ¿Es ciencia ficción? Sí y no. La instalación inmersiva 'Mitigación en shock', desarrollada por el estudio Superflux, extrapola datos reales sobre el cambio climático para luego imaginar un futuro donde la inseguridad alimentaria es la norma. La pieza es una de las ocho instalaciones que lucen en la exposición 'Después del fin del mundo', en el CCCB hasta abril del 2018.

Una muestra que parte de "la certeza de que hay un mundo que se acaba ahora y el mundo que vendrá después es un mundo que será de una manera u otra en función de las decisiones que se tomen en el presente", a juicio de Vicenç Villatoro, director del centro. Y una muestra que empieza con una advertencia del filósofo McKenzie Wark: "Esta civilización se ha acabado. Y todo el mundo lo sabe". Pues eso, nada será igual a partir de la segunda mitad del siglo XXI y, como es algo conocido, mejor afrontarlo cuanto antes. Entre el 2050 y el 2100, según el Acuerdo de París, se habrá de llegar a las cero emisiones de CO2 en la atmósfera y, tanto si se cumple el objetivo como si no, todo será diferente. En el primer caso, no bastará con sustituir los combustibles fósiles por energías renovables, sino que habrá que forjar un nuevo modelo de sociedad; en el segundo, la temperatura del planeta subirá y los desastres climáticos se sucederán: huracanes, deshielo, deforestación, desertización, sequía, desaparición de especies...

Abandonar el antropocentrismo

"La idea es que tanto si cumplimos como si no el Acuerdo de París, los parámetros de esta civilización no son prorrogables, no hay muchas posibilidades de que el mundo entre el 2050 y el 2100 se parezca en lo fundamental al mundo de hoy", afirma José Luís de Vicente, comisario de la muestra. Así que lo suyo no es reñir, adoctrinar o imponer, sino interpelar al ciudadano de hoy cuyas decisiones presentes afectarán la forma de ser del mundo futuro. Un dato: los hombres y mujeres que vivirán en el 2100 no son hipotéticos, son reales, son los que están naciendo ahora. Y un apunte: la estructura viva más grande del planeta, la barrera de coral de Australia, tiene un 90% de su estructura dañada; así que hay que abandonar la visión antropocéntrica y "pensar un modelo político, ético y filosófico en el que el hombre asuma que las necesidades de la gran barrera de coral australiana están al mismo nivel que las suyas", apunta De Vicente.

Para explicar todo esto, la exposición se parece poco a una exposición; es "una experiencia teatral que apela mucho más a las emociones que a los datos, no queríamos bombardear con cifras sobre los metros que puede subir el nivel del mar si se siguen derritiendo los polos", continúa el comisario. Así la exposición "plantea el espacio como la plataforma para un viaje que tiene ciertos tintes de ciencia ficción excepto por el hecho de que todo lo que se cuenta es estrictamente cierto", concluye. De manera que el trayecto tiene ocho paradas con escenas del planeta actual y los futuros posibles de la Tierra firmadas por ocho colectivos de artistas, diseñadores, científicos, cineastas, escritores, filósofos... Y también escritores como Kim Stanley Robinson y su emocionante vídeo en el que invita al personal a mimetizarse con el planeta: "El 50% del ADN de tu cuerpo no es ADN humano [...]. Así que cuando estás hablando de tu planeta, estás hablando de tu cuerpo. Y recuerda: una fiebre te puede matar".