Zanon recorre Barcelona en "Taxi" en una "evocación del viaje de Ulises"

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Jose Oliva.

El escritor Carlos Zanon recorre la Barcelona de los barrios a partir de la mirada de un particular taxista, Sandino, en su última novela, "Taxi", con la que ha querido construir "una suerte de evocación del viaje de Ulises", ha explicado hoy el autor barcelonés.

Fuera de las aguas del género negro en las que habitualmente navega, Zanon ha confesado que "Taxi" (Salamandra) es "una novela importante, que ha resultado muy difícil de escribir" y esa dificultad continúa incluso después de publicado el libro: "Tendré que defender la novela entre todo el ruido".

Recurre a un taxista como protagonista "por tradición", pues en su familia su padre y sus dos abuelos fueron taxistas, pero también por que "el taxista es un personaje con una fuerte pertenencia a su ciudad".

Argumentalmente, el taxista proporciona a Zanon una estrategia poderosa, pues "su propio trabajo consiste en no saber a dónde va, siempre depende del azar, de los clientes, y le da igual ir a un sitio que a otro. Y esa indefinición, ese no saber quién eres y a dónde vas hace que lleves el caos allí donde vas".

A pesar de que la literatura que escribe Zanon se sitúa en la periferia de la novela negra, con "Taxi" quería salir del género: "Quería probarme con otra mirada, salir de lo que todo el mundo espera que hagas y asumir retos como mantener a un personaje y que aguantara 300 páginas".

"Taxi" parte de una conversación matinal entre Lola y su marido, Sandino, que aplazan hasta la noche cuando él acabe su jornada en el taxi. El protagonista, un hombre melancólico duda en regresar a casa porque tema que Lola, harta de sus infidelidades, lo deje, pero tampoco está seguro de si desea que eso suceda, como tampoco sabe si le gusta ser taxista.

Durante siete días y sus seis noches, Sandino recorre las calles y los barrios como un muñeco roto que huye de sí mismo, y mientras dura su particular odisea, en su mente se mezclan y entrelazan las historias de pasajeros, amigos y enemigos.

Pensando en esa odisea de alguien que no sabe si quiere volver, Zanon, que siempre tuvo presente la película "La Dolce Vita" durante la escritura de la novela, habla de sí mismo y de su ciudad, "de lo que significa tener una edad y no saber qué es lo que quieres, pero en definitiva, puedes tener una o quince vidas y no saber qué quieres, y eso es Sandino".

El protagonista, ha añadido, es "un hombre leal, vulnerable, egoísta", pero a la vez el propio Zanon intenta que genere "empatía" con el lector.

Como siempre, el autor de "Yo fue Johnny Thunders" ha escrito la novela que le habría gustado encontrar a él en las librerías, aunque es "consciente de que no es una novela sencilla, pues tiene muchas capas y subtramas".

Otro clásico de los libros de Zanon es su vinculación a la música, y en las páginas de "Taxi" resuenan las canciones de "Sandinista!", cuarto álbum de la banda punk británica The Clash, que precisamente da nombre al protagonista, quien "debe interpretar la vida con canciones, con momentos de enamoramiento y con sensaciones".

Sandino es, concluye su autor, "un taxista distinto a los que conocemos, que lee literatura, escucha música y que no quiere acabar alienado, no quiere ser una parte del motor del coche que conduce".

Además de alimentar su narrativa con los recuerdos familiares del taxi, Zanon extrae multitud de anécdotas de su propia experiencia como usuario habitual del taxi: "Los taxistas me cuentan muchas historias pero a veces son tan increíbles que luego no las puedes utilizar".

A su juicio, viajar en taxi es entrar en una nueva dimensión, en la que "o te sinceras mucho y le explicas tus intimidades y tus problemas o acabas mintiendo e inventándote una vida que no tienes".