Krystian Lupa prefiere novelas a obras teatrales para llevar a las tablas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El director polaco Krystian Lupa, uno de los más grandes del teatro actual, ha dicho hoy en la inauguración del congreso Teamad en la Universidad Complutense que muchas veces prefiere "novelas antes que obras teatrales para llevarlas a las tablas", porque muchas piezas modernas son "simplemente tediosas".

En su conferencia, que ha abierto el Congreso Internacional Plataforma Teamad sobre los Circuitos Teatrales del Siglo XXI, Lupa habló de sus influencias, de la importancia que da a los actores en su puesta en escena y de las razones por las que prefiere adaptar novelas en vez de piezas de teatro, señala la universidad en una nota de prensa.

"Hay muchas obras teatrales que son obras maestras, y no sólo de la Literatura", pero también que hay muchas que "nacen encorsetadas", según Lupa, que ha adaptado novelas como 'El maestro y Margarita', de Bulgakov, 'Los hermanos Karamazov', de Dostoievsky o 'La calera', de Thomas Bernhard.

"Muchas obras de teatro modernas son simplemente tediosas", así que prefiere novelas que no tengan detrás un proyecto de escenografía ni hablen del teatro.

Al leer esas novelas descubre "una sensación de que el autor está pensando en la vida, en lo que ocurre entre las personas, con un horizonte mucho más amplio que el teatro". En concreto, le fascinan aquellos "textos que no parecen posibles de ser llevados a escena", dijo.

Entre los directores que constriñen demasiado la obra y que "dejan muy poco espacio al autor" señaló a Beckett, aunque reconoce que consiguió sacar mucho más de lo que esperaba cuando dirigió, en España y con José Luis Gómez, 'Fin de partida'.

En su discurso, defendió no sólo a Bernhard, sino también a Yasmina Reza, una autora criticada por la intelectualidad francesa por burguesa, pero de quien Lupa ha montado varias obras, entre ellas 'Arte'.

Para el polaco, si las obras de Reza parecen a veces un anodino teatro de bulevar es más por la puesta en escena de sus colegas que por los propios trabajos de la dramaturga.

Lupa llega incluso a comparar a Reza con Chejov, ya que ambos "ven lo mismo, que las personas, al hablar entre sí, siempre incurren en mentiras, en todas las relaciones".

Para el director, en la representación de cualquier obra, lo fundamental es el trabajo del actor: "El actor es mi pasión".

A su juicio, un director es como una comadrona o un instigador que debe hacer una labor de escucha mutua con el actor, que tiene que ser verdadero, algo nada fácil de conseguir.

"A veces no sabemos lo que es la verdad, porque se trata de un misterio, de algo que se encuentra en un momento de la vida, es algo etéreo que nos visita hoy y que mañana podemos perder", añadió.

Frente a un teatro de instrucciones estrictas, la dramaturgia debe conseguir que el actor comparta con el director "un discurso mental que nos hace navegar por lo vemos, lo que deseamos, por las conversaciones".

Cuando alcanzan ese momento, los actores trabajan como si estuvieran en una "sesión de espiritismo, una esfera de misterio que hipnotiza y absorbe al espectador", agregó.

El director concluyó que "un actor bien afinado es una persona bien afinada, es decir, íntegra con todo su ser", según recoge la universidad.