LA GRAN CITA DONOSTIARRA DEL CINE

Agnès Varda: "Recibir premios tiene algo de ridículo"

Entrevista con la madrina oficial del cine francés, galardonada con el Donostia en el festival de San Sebastián

Agnès Varda, este domingo en el Festival de San Sebastián

Agnès Varda, este domingo en el Festival de San Sebastián / periodico

Nando Salvà / San Sebastián

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Se considera a Agnès Varda (Ixelles, Bélgica, 1928) la madrina oficial del cine francés. Al principio de su carrera abrió camino a esa nueva ola de jóvenes directores, la Nouvelle Vague, de quienes se dice que inventaron el cine moderno, y desde entonces no ha dejado de experimentar. Hoy ha recibido el Premio Donostia.

Hace años un premio honorífico en el festival de Cannes, luego recibió otro en Locarno, ahora recoge uno en San Sebastián. ¿No son demasiados? Recibir premios tiene algo de ridículo, porque sigo sin tener dinero para hacer mis películas. Porque me empeño en hacer un cine que es libre. Es muy fácil decir: “Agnès, te damos un premio”. Pero cuando yo digo “¿dónde está el dinero?”, nadie contesta. Tengo la vitrina llena de animalitos: hay un leopardo, y un oso, y un perro, y un león.  Y una vez me dieron un premio que era una caja llena de tierra de todos los países de Europa. Muchas gracias pero, ¿por qué no me dan un poco de dinero para la próxima película?

Si tuviera que destacar algo acerca de su carrera, ¿qué sería? Que nunca he rodado historias burguesas. He preferido dedicarme a retratar estibadores, espigadores, pescadores, ocupas, obreros, gente que no tiene poder. Yo veo a un obrero que dice, “mañana me retiro y siento que estoy al borde de un precipicio”, y eso es muy emotivo. A siento que a lo largo de mi carrera he tratado de decir a las mujeres: “Salid de las cocinas, haceos con las herramientas para cambiar la sociedad”. Estoy contenta.

¿Siente que ha hecho una contribución al mundo? Bueno, yo no puedo solucionar los problemas, y me siento mal. La gente se muere, y mientras nosotros estamos aquí, en hoteles bonitos y lujosos. ¿Debería dormir en la calle? No, esa no es la solución. Sé que con el desayuno de un día en mi hotel de San Sebastián podría alimentar a algunas familias durante una semana, pero rechazar mi posición sería deshonesto. Me conformo con no legitimar las gilipolleces.

Usted fue fotógrafa antes que cineasta. ¿Qué opina de la generación Instagram? La imagen se ha democratizado, e inevitablemente también se ha desvalorizado. Es el efecto de la evolución de la sociedad. A mí de joven me encantaba la pintura, iba al Louvre dos veces por semana y siempre estaba vacío. Ahora, en cambio, las exposiciones sobre Goya y Picasso son acontecimientos sociales. Y me parece bien. En general, trato de ver los cambios en el mundo como algo positivo. Antonio Gramsci dijo que cuando se mira el mundo solo se puede ser pesimista, pero cuando se pasa a la acción solo se puede ser optimista. Estoy de acuerdo.