Museless, fuera de la partitura

El nombre artístico de Laura Llopart, Museless (literalmente "sin musa"), habla de una identidad artística "ajena a pautas y normas", apunta ella, una expresión musical que parece surgir de la nada, sobre un lienzo en blanco, libre de influencias, o casi. La pianista y cantante de Sabadell presenta sus composiciones de tacto electrónico, interioristas y un poco oscuras, este viernes en los Jardins de la Sedeta (21.00 horas), dentro de la 12ª edición del Festigàbal, de entrada libre.

Comenzó a recibir clases de música a los cuatro años, y el piano que tocaba su madre en casa fue su primera fuente de estímulos sonoros. La segunda y definitiva, un poco más adelante, fue ella misma. "Improvisaba canciones al piano y las grababa en cassettes que iba numerando. Sí, de pequeña ya me salía de la partitura porque me aburría", explica. Así que, aunque en casa había discos de artistas como Pink Floyd, Krafkwerk o Vangelis (y "sin querer, eso forma parte de tu bagaje", admite), fueron sus "investigaciones" en el teclado, más aún cuando accedió a un piano digital y estudió música moderna y jazz, las que canalizaron su caudal creativo. Y así sigue siendo. "A veces me piden que toque una canción de otro artista, un éxito, y no sé hacerlo. Soy muy mala intérprete, lo que me gusta es crear".

Sensibilidad animalista

Y creando salieron sus dos obras publicadas, el epé 'Grey boy' y el reciente disco largo 'Dichotomic history', trabajos en los que se cruzan melodías clasicistas con ambientes electrónicos íntimos y frías tramas bailables con vestigios góticos. Llopart describe el primero como "vegano y animalista" a través de "la historia de un niño que rescata animales de granja en un mundo desolado”. Un ánimo "activista", enfocado a “contribuir a que se produzcan cambios”, que en ‘Dichotomic history’ convive con otras sensibilidades. "Aquí hay canciones animalistas y antisexistas", explica, así como otras “más introspectivas y abstractas”.

Quizá sea el momento de informar que Laura Llopart es psiquiatra. ¿Podemos atribuirle una tendencia natural a explorar los fondos del alma? “Canciones de amor ya hay bastantes en el mundo"”, alega. “Entiendo la composición como un viaje, una experiencia de sinestesia, con sensaciones, colores y escenas”.

Sus "locas canciones"

Entre la carrera de medicina, el MIR y la especialización en psiquiatría se pasó 11 años estudiando, y ahora, a los 29, le da la sensación de haber empezado un poco tarde en la música profesional. "Pero tengo la suerte de que soy un poco inconsciente, voy  haciendo mis locas canciones y un día, cuando menos te lo esperas, te viene todo encima", reflexiona. Sus discos los ha publicado el sello Luup Records, lanzadera de otras dos voces frescas del pop electrónico catalán, Marion Harper y Pavvla; ha pasado por el último Primavera Sound y el 1 de septiembre actuará en el Acústica de Figueres.

En el Festigàbal comparte cartel, este viernes, con Hidrogenesse, Playback Maracas y el ‘dj’ Guille Milkyway (el sábado actuarán El Petit de Cal Eril, Me and the Bees, Los Bengala y ‘dj’ Begun). Y si para preparar un disco dispuso de muchos años, para el siguiente quizá solo tenga unos meses. ¿Siente una responsabilidad desconocida? "Sí, cierta presión de pensar en canciones nuevas: quizá tendrían que ser más cortas, más bailables… Pero creo que seguiré yendo a mi bola".