ANIVERSARIO OLÍMPICO

Noche rumbera en el Grec

Sicus, de Sabor de Gràcia, y Adrià Salas, de La Pegatina, en el ensayo del espectáculo 'Rumberos, pugin a l'escenari!'.

Sicus, de Sabor de Gràcia, y Adrià Salas, de La Pegatina, en el ensayo del espectáculo 'Rumberos, pugin a l'escenari!'. / periodico

Jordi Bianciotto / Barcelona

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Hace 25 años, el 25 de julio de 1992, el Estadi Olímpic acogía la apertura de los Juegos Olímpicos de Barcelona, que se cerraron 15 días más tarde con una juerga rumbera transmitida a todo el mundo de la mano de Peret, Los Amaya y Los Manolos. Un momento inédito de reconocimiento y proyección del género que este martes, en el Teatre Grec (22.00 horas), será evocado por la ‘troupe’ de rumberos de varias generaciones encabezada por Sicus Carbonell y su grupo, Sabor de Gràcia.

La rumba “sube y baja”, se pone de moda, se oculta y resurge a veces con otro aspecto, como apunta Peret Reyes, uno de los músicos que tomaron parte en aquella noche olímpica, en su caso como guitarrista de Peret. “Pero hay algo importante: el gitano catalán nunca deja que se muera, sigue tocándola hasta que se vuelva a poner de moda”, reflexiona. Ahora, esa rumba vuelve a estar presente, mezclada, sobre todo, con otros palos de la latinidad y el pop, como en las propuestas de Joan Garriga (La Troba Kung-Fú), La Pegatina y Gertrudis, artistas que tomarán parte en el concierto del Grec junto a Los Amaya, Rumba Tres, Maruja Garrido,  Manel Joseph (Orquestra Plateria), Johnny Tarradellas y Yumitus. Al cartel se ha sumado Moncho, que romperá su retiro, por una dolencia en las cuerdas vocales, interpretando una canción.

De generación a generación

El propósito es “reivindicar no tanto el género sino a los cantantes y músicos”, explica su director artístico, Albert Puig, puesto que “desde 1992 ya ha habido muchas iniciativas para normalizar la rumba” y se trataba, entonces, de “agrupar un ‘all stars’ considerando que algunos de los grandes, como el mismo Peret, ya no están aquí”. Para Sicus Carbonell, será una oportunidad de “ver las diferencias entre los diferentes tipos de rumba: la ‘abolerada’ de Moncho, la más cercana al ‘tablao’ de Maruja o la catalana de la escuela de Peret y que tocamos nosotros”, explica. Sabor de Gràcia contará con colaboradores como los hijos de Peret Reyes, Toni, y del propio Carbonell, Sicus Jr.

El título se inspira en aquella petición de Constantino Romero, “atletas, bajen del escenario”, lanzado por megafonía al personal olímpico que invadió las tablas del Estadi cuando salieron los rumberos. Peret Reyes estaba ahí. “Tuvimos un poco de miedo de que se hundiera el escenario”, reconoce, si bien lo que hubo fue, sobre todo, “mucha alegría”. El concierto del Grec recordará aspectos de la fiesta olímpica a través de un guión teatral con dirección escénica de Ester Nadal y dos actores, Laura Aubert y Ricard Farré.

Recuerdos del 92

Pero, ¿dónde estaban los otros rumberos de hoy en el 92? Sicus Carbonell cumplió 18 años durante los juegos, el 1 de agosto. Daba entonces sus primeros pasos como profesional con Ai Ai Ai y Estrellas de Gràcia, y vio la ceremonia por televisión. “Creo que ni siquiera los artistas que participaron eran conscientes de lo que significó aquello. Fue un reconocimiento que la rumba nunca había tenido y que quizá no vuelva a tener”, razona. Más tierno estaba aún Adrià Salas, de La Pegatina, que tenía siete años y no conserva recuerdos de la gala. “Era muy pequeño, pero en casa había escuchado siempre rumba catalana”, asegura, y añade un detalle premonitorio. “Mis padres se conocieron en un concierto de la Plateria en La Llagosta”.

“La ceremonia dio a la rumba un reconocimiento que nunca había tenido y que quizá no vuelva a tener”

Sicus Carbonell

Como observa Peret Reyes, que estuvo 38 años tocando con el patriarca Peret y creó, con Tarradellas, el grupo Chipén, “ahora hay más payos que gitanos tocando rumba”, aunque lo hacen a su modo. “Rubén (Sierra) toca la rumba a la guitarra con púa, que es casi un delito”, señala Adrià Salas en referencia a su compañero de La Pegatina. “Cuando comenzó a tocar la guitarra fue imitando a Manu Chao y le ha quedado su manera de entender la rumba a través de versiones de Los Chichos y Los Chunguitos”, añade Salas, que se ilusiona con la perspectiva de cantar, en el Grec, su ‘hit’ ‘Gat rumberu’ con Sabor de Gràcia, “que la tocarán en rumba catalana”.

Sonarán en el Grec canciones como ‘Marcha, marcha’ (del hermano de Peret Reyes, Ramonet, que popularizó Rosario), los éxitos ‘Vete’ y ‘Caramelos’, de Los Amaya, y exponentes modernos como la versión de ‘La cançó del lladre’ de La Troba Kung-Fú y ‘La samarreta’, de Gertrudis. Rumba de ayer y hoy, canónica o con licencias, si bien todos coinciden en que no hay que enterrar los orígenes. “Es importante que haya grupos que mantengan la forma clásica porque si no, al final, no sabremos de dónde venimos”, razona Adrià Salas. Ahí, Peret Reyes se pone serio. “La rumba es una guitarra y dos palmeros; así nació, y hoy esa imagen se ha perdido. ¿Por qué los jóvenes no quieren ser palmeros?”.

Los Manolos se reúnen en la plaza de Catalunya

<strong>En paralelo al concierto del Grec,</strong> la plaza de Catalunya acogerá otro recordatorio olímpico a golpe de rumba con Los Manolos. Un concierto de acceso gratuito (22.00 horas; a las 20.30 abrirá Mambo Jambo) en el que la formación barcelonesa reaparecerá con ocho de sus diez miembros originales.