CITA MUSICAL EN EL PARC DEL FÒRUM

Ryan Adams exhibe maestría en un Cruïlla de récord

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El domingo por la tarde-noche quedaban aún por conocer las cifras de la clausura protagonizada por el grupo pop colombiano Morat y la cantante globalista Jain; según fuentes del festival, se esperaban alrededor de unas 10.000 personas. Pero el Cruïlla ya está celebrando unas cifras de asistencia récord: 47.000 personas durante los dos primeros días, lo nunca visto en el festival.

La mayor afluencia fue palpable, sobre todo en conciertos de cabezas de cartel. Cruïlla apuesta por evitar los solapamientos más o menos conflictivos, pero si estas cifras van a repetirse quizá se podría pensar en solapar a algún gran cabeza de cartel con otro artista de calado parecido y estilo ligeramente opuesto. Todo para que este siga siendo un festival agradable.

LA (GRAN) NOCHE DEL SÁBADO

Antes del esperado regreso a nuestros escenarios de Ryan Adams, el sábado noche, una advertencia por megafonía: se solicitaba evitar el 'flash' en las fotos porque Adams tiene la enfermedad de Ménière, un trastorno del oído interno que causa vértigos y se puede disparar con los fogonazos bruscos de luz. Todo el mundo hizo caso. En agradecimiento, este clásico moderno del rock americano se marcó un concierto que en muchos momentos causó vértigo del bueno y disparó el síndrome de Stendhal.

Sobrio desde el 2007 (aunque admite el uso de marihuana), Adams es hoy en día un músico de directo sin mácula, capaz de sublimar sus mejores partituras o lanzarse a improvisaciones que no lo parecen ("estamos haciendo estas canciones por el camino", apuntó en una ocasión). El repertorio fue impecable, de aquellos que ganan a nuevos fans. Arrancó con 'Do you still love me?', apertura también del reciente álbum 'Prisoner' (2017), y siguió exhibiendo poder melódico, teñido de épica amorosa, en temas como 'Doomsday', 'Gimme something good', 'Two' y ese 'Stay with me' tan Fleetwood Mac. A su lado, una banda robusta en la que destacó la guitarra dúctil de Todd Wisenbaker de La Sera.

'HITS' Y CARAS B

Cambio radical de registro con Pet Shop Boys, o quizá no tanto, porque su apego por la melodía también es conocido y porque en la gira de 'Super' apuestan después de muchos años por tener una banda casi al uso sobre el escenario: tres músicos jóvenes tocando percusiones, teclados y violín o haciendo voces adicionales. También han querido sacudir el habitual repertorio de 'greatest hits' con temas menos conocidos, lo que significa tener la oportunidad de escuchar en directo una cara b de los 80 como 'In the night'.

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Escuchar o intentarlo: como con Jamiroquai la noche anterior, el sonido tardó más de lo deseable en brillar. Clásicos como 'Opportunities (Let’s make lots of money)', 'Love etc.' o el mismísimo 'West End girls' se resintieron de una inquietante falta de potencia y transparencia que solo pareció aquejar a ese escenario del Cruïlla en particular. En el escenario más cercano, durante unos minutos en paralelo a PSB, el rap-rock abierto a los ritmos del mundo de Residente golpeaba con fuerza animal en el esternón. René Pérez Joglar defendió los experimentos de su debut en solitario sin obviar su pasado en Calle 13: locura colectiva a la altura de 'Atrévete-te-te', reggaetón que se metía realmente por los intestinos.

¿Cruïlla Barcelona, la fiesta tranquila? A las dos de la madrugada del sábado al domingo, la explanada del Fòrum empezaba a ser el caos. Y The Prodigy solo vinieron a crear más locura: arranque directo a la yugular con 'Firestarter, una de las muestras más populares, si no la más popular, de su rave’n’roll sin aparente fecha de caducidad. Muchos de los allí presentes no parecían tener planes de dejar la casa el domingo para ir a la jornada de cierre familiar.