CRÓNICA

Amaral, golosinas y cuchillos

El grupo aragonés combinó sus éxitos más pop con el material turbio de 'Nocturnal' en el cierre del festival Guitar BCN en el Poble Espanyol

Eva Amaral, en el concierto del jueves en el Poble Espanyol.

Eva Amaral, en el concierto del jueves en el Poble Espanyol. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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No era sencillo, pero Amaral ha conseguido consumar su tránsito del ‘mainstream’ a la independencia, y de la radiofórmula a la carrera de fondo, sin dejarse a los fans de siempre en el camino y encontrando un punto de flotación y crédito que les permite, por ejemplo, juntar a 4.000 personas en el Poble Espanyol. Público feliz de reencontrarse con los ‘hits’ y que ha hecho suyo el repertorio moderno con todas sus sombras.

Concierto, el de este jueves, con clientela heterogénea, familias enteras incluidas, ante la cual no deja de ser audaz utilizar ‘All tomorrow’s parties’, de The Velvet Underground, como introducción. La banda señalizó luego el territorio con una canción reciente, ‘Obertura (unas veces se gana)’, templada y reflexiva, compensada acto seguido por los rescates de ‘Revolución’, ‘Kamikaze’, ‘Salir corriendo' y hasta la lejana ‘No sé qué hacer con mi vida’, de su primer disco, de 1998.

REPERTORIO DE CONTRASTES

Amaral pasó por alto los registros acústicos del reciente ‘Nocturnal solar sessions’, si bien acabó colocando hasta 11 canciones del disco madre, ‘Nocturnal’ (2015), en un repertorio de 26 piezas. Apartándose del canon ’hit’ tradicional en ‘Lo que nos mantiene unidos’, con su tacto electro-rock, en el sofocante desarrollo de ‘500 vidas’ o en la violencia que transpira ‘Noche de cuchillos’. Un Amaral que amplía sus perfiles respecto a los viejos tiempos, con Eva brindando su poder vocal a composiciones que requieren de una actitud dramática y a la vez sin sonar forzada. Arquitectura sonora clásica (de la generación ochentera, la de The Cure, U2 y REM), con elaborados trazos de guitarra a cargo de Juan Aguirre.

Y entre esas piezas más interioristas, como ‘La niebla’ y ‘La ciudad maldita’, golosinas de contornos pop que ya han pasado de una generación a otra, como ‘Salta’ (“gente que ahora toca en grupos nos cuenta que ha cantaban de pequeños”, aseguró Eva), ‘Moriría por vos’ y ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’, aupadas por las gargantas de los fans.

No hubo atracón final de éxitos, tan solo un ‘Sin ti no soy nada’ que se coló en el bloque de propinas. El grupo quiso que nos quedáramos con su mejor versión moderna como último recuerdo: la de ‘En el tiempo equivocado’, ‘Llévame muy lejos’ y ese ‘Nadie nos recordará’ que sonó como bis ‘in extremis’. Amaral, consumando su reconversión en el clímax de un Guitar BCN que cerró con 40.000 espectadores y que anuncia ya su apertura de la próxima edición a cargo de Jorge Drexler, el 27 de enero en el Liceu.