FESTIVAL DE VERANO DE BARCELONA

Adrià-Ishida, de los fogones al teatro

Ferran Adria i el xef de Toquio Hiroyoshi Ishida antes de la presentacion de la obra El tigre de Yuzu

Ferran Adria i el xef de Toquio Hiroyoshi Ishida antes de la presentacion de la obra El tigre de Yuzu / periodico

MARTA CERVERA / BARCELONA

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Dos grandes chefs, Ferran Adrià y el japonés Hiroyoshi Ishida, protagonizaron hace más de una década un decisivo encuentro que abrió importantes vías de intercambio entre la alta cocina occidental y la oriental y supuso para ambos maestros el descubrimiento de nuevos horizontes creativos. Tan relevante fue ese momento que la nueva compañía Kaiseki Teatre ha querido preservarlo en forma de montaje teatral. 'El tigre de Yuzu', una 'delicatessen' gastro-teatral que evoca la conexión que se estableció entre el capitán del restaurante El Bulli, añorado referente de la vanguardia gastronómica, y el patrón del Mibu, máximo exponente de la tradición culinaria japonesa, se estrena este lunes en el Mercat de les Flors, dentro de la programación del Grec.

Si algo tuvo claro Roger Julià, director de este ambicioso proyecto multidisciplinar cocinado a fuego lento durante cuatro años en colaboración con El Bulli Foundation y la Fundación Japón, era que no podían imitar las elaboradas creaciones culinarias de los chefs en escena. "Evocamos su mundo sin mostrar ni una olla, ni un plato o vaso. Todo llega a través de imágenes, de palabras, de los cuerpos de los intérpretes”, explica Julià. "En realidad, más que de cocina esta obra habla de la búsqueda de la felicidad".

VIAJE DE IDA Y VUELTA

Ocho actores, cinco catalanes y tres japoneses, narran ese curioso encuentro. La historia se inicia con el viaje que Ferran Adrià realizó en el 2002 a Japón, donde descubrió el restaurante de Ishida, solo para ocho comensales. Y acaba con el regalo que el chef japonés le hizo a Adrià: se trasladó con todas sus ollas, cerámicas, ingredientes, equipo y hasta con la decoración de su restaurante al Bulli de Cala Montjoi (Roses) para cocinar allí durante una semana. Él japonés, que en sus 60 años de vida nunca había abandonado su país, inició así una aventura que cambiaría su perspectiva para siempre.

"La obra muestra el diálogo que establecieron estos dos artistas, la llama de la creatividad que surgió de ese encuentro entre dos iconos de la gastronomía de dos culturas tan diferentes: ese encuentro entre Japón y el Mediterráneo", afirma Roger Zanuy, productor y actor.

'El tigre de yuzu' ha supuesto cuatro años de intenso trabajo, con una inmersión en los mundos de El Bulli y del Mibu, con dos visitas a Japón de Zanuy e Isaac Lázaro, otro actor del montaje -interpreta a Ferran Adrià-, ambos fundadores de Kaseki Teatre junto a Núria Tejón.

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"Con este montaje he aprendido que el mundo del teatro es como la cocina: no te das cuenta de lo duro que es hasta que te metes en él", destaca Adrià. Tanto él como Ishida han querido estar presentes en la presentación del montaje y en su estreno en el Mercat de les Flors, al que también asistirá una delegación compuesta por una cuarentena de fieles clientes del chef japonés y destacados maestros de la cocina. Tanto Adrià como Ishida están entusiasmados con ese salto de los fogones a las tablas. "Es de agradecer que el teatro se preocupe del mundo culinario, de un encuentro producido hace 15 años que supuso el primer diálogo serio entre la gastronomía occidental y japonesa", dice el carismático chef catalán. "Para mí es inexplicable que no se produjera antes".

GRAN DESCUBRIMIENTO

El descubrimiento mutuo supuso una revolución. "Nuestras culturas son completamente distintas. Es muy difícil comprender qué es Japón a no ser que vivas allí mucho tiempo", confiesa Adrià. Su colega japonés asiente con la cabeza. "Nunca olvidaré nuestro primer encuentro -declara-. Adrià me fascinó tanto por su personalidad, de increíble generosidad, como por su cocina. Era algo un nunca visto. Un sueño. Pura fantasía".

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Recuerda que tras su regresó de Cala Montjoi sus clientes le dijeron que su cocina había cambiado. "Gracias a aquella reunión pude evolucionar, superar muchas limitaciones y reglas existentes en la cocina de mi país que, consciente o inconscientemente, me impedían ir más allá", reconoce. Para Adrià supuso descubrir otra dimensión de la cocina. "Nosotros somos muy pragmáticos. Tendemos a puntuarlo todo. Japón se rige por otros parámetros y aquello supuso un 'shock'. Me desmontó. Allí el alma ocupa una parte importante, todo tiene una lectura poética. Su cultura es totalmente distinta".

Arte, cocina, budismo, espiritualidad, creación y libertad son algunos de los temas que aparecen en 'El tigre de Yuzu'. En escena los actores hablan hasta seis lenguas diferentes (traducidas con subtítulos). "También ha sido una aventura encajar las mentalidades y las escuelas teatrales de los actores de una y otra cultura", dice Julià, director del montaje y responsable de la dramaturgia junto a Silvia Navarro.

La puesta en escena sumerge al espectador en un documental. A través de él veremos aparecer el Bulli, el Mibu, aeropuertos varios, templos budistas y hasta un karaoke. "Hemos trabajado el espacio de forma minimalista. El montaje también penetra de forma metafórica en espacios íntimos de los protagonistas y en su mente".