Un faro contra la violencia machista

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BEATRIZ PÉREZ / BARCELONA

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"Queremos crear un espacio de fiesta seguro y no aguantar que alguien nos moleste". Se lo explica una de las profesionales del nuevo punto de asesoramiento y denuncia de acosos sexuales a un grupo de chicas que hacen cola para entrar en una discoteca del paseo Marítim de la Barceloneta, mientras les da un pequeño folleto con la frase 'No es no'. Es sábado por la noche y esta zona de Barcelona (tomada por turistas), una en la que más agresiones se registran.

Este estand contra las agresiones machistas forma parte de la campaña municipal #BCNAntimasclista y está instalado en el cruce con la calle de Trelawny desde el pasado jueves. Funcionará hasta el 25 de septiembre y lo hará de jueves a sábado en horario de once de la noche a cinco de la madrugada. El objetivo es asesorar y acoger denuncias de acosos sexuales, ya sean discriminaciones por razones de género o por orientación sexual.

"Una agresión no es solo sexual, sino que también puede ser física o verbal", le explica la trabajadora del 'estand' al grupo de jóvenes que se disponen a entrar en la discoteca. "He visto agresiones puntuales y sí se han producido violaciones en la playa", cuenta por su parte uno de los vigilantes de seguridad de la zona. Afirma que las chicas solas y borrachas son el blanco perfecto de este tipo de agresiones en esta zona en la que se concentra un elevado número de locales de ocio nocturno.

"El 95% de la gente que ves aquí hoy es extranjera. No se va a complicar la vida denunciando", explica. A su lado su compañera afirma que se han dado casos de intoxicación por burundanga. "Mucha de la gente violada estaba drogada", asegura. Según el balance de seguridad y actividad policial del 2016, en Barcelona las agresiones sexuales aumentaron más de un 30% el último año y la mayoría de hechos denunciados suceden en fines de semana y en horario nocturno.

"MÁS CONFIANZA"

"Es la primera vez que veo algo así. Y me parece muy bueno, me genera más confianza", explica Claudia, joven californiana que lleva dos semanas en Barcelona, con respecto al nuevo punto municipal. "He venido con mi amiga porque no me dejó venir sola", cuenta mientras está apoyada en la barandilla de la playa del Somorrostro. Frente a ella pasa un grupo de mujeres que festejan una despedida de soltera.

Claudia dice que en estas semanas en Barcelona sí ha vivido varios momentos, sobre todo en el metro, en que grupos de hombres le lanzaban besos mientras se reían. "Viajo mucho y esto me ha pasado aquí más que en otras ciudades".

Al otro lado del paseo, dos jóvenes están sentadas en un banco bebiendo y conversando. De repente, dos chicos las interrumpen bruscamente y uno de ellos las mira desafiante a unos centímetros de su cara. El incidente queda en nada, pero ellas se quedan un poco descolocadas. Son de Canadá y Finlandia respectivamente y prefieren no dar sus nombres. "No entendí qué me dijo, pero me asusté un poco", comenta la canadiense. Cuenta que en Sant Joan, sentadas ambas en la playa, un desconocido se sentó a su lado y le empezó a acariciar el pelo sin previo aviso.

Lo interesante del nuevo punto de asesoramiento y denuncia de acosos sexuales del ayuntamiento es que, además de contar con un protocolo de actuación ante los casos de agresión física, actúa también a modo de registro de los ataques verbales. Sus cuatro profesionales (dos están dentro del 'estand' y otros dos fuera) ofrecen información sobre violencia sexual, dan atención a las víctimas y hacen mediación en casos de sexismo.