CRÓNICA DE CONCIERTO

Status Quo, peinados y aseados

El grupo británico recorrió sus clásicos adaptándolos a un detallista sonido acústico en el Liceu, como cierre del Suite Festival

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Status Quo, en versión acústica: ¿una propuesta convincente para los fans del grupo británico? Bien, muestra otra cara de su personalidad yendo a la forma en que las canciones fueron compuestas, aunque difícilmente haga olvidar el sonido peleón y grasiento con el que se hicieron fuertes a partir de los años 70. Unos ‘quo’ peinados y aseados, dirigidos ahora en solitario por Francis Rossi, que este jueves cerraron el Suite Festival en el Liceu.

El origen de los discos ‘Aquostic’ (2014) y ‘Aquostic II’ (2016) está en la delicada salud de Rick Parfitt, que hizo decantar la banda hacia menús físicamente menos exigentes. Pero, tras la muerte del guitarrista, en diciembre, da la impresión de que Rossi se ha encontrado en una casilla que no es la que desearía. Ahora, conciertos eléctricos y acústicos conviven en su agenda y el grupo no ha tomado una decisión sobre qué camino seguir. Mientras se lo piensa, brindó en el Liceu una sesión distinta, con taburetes, acordeón y dos coristas, una de ellas a cargo del violín.

‘GUITAR HERO’ DESENCHUFADO

Y nunca había sonado Status Quo tan reluciente y preciosista, empezando por ese ‘And it’s better now’, de su álbum ‘Hello’ (1973), que abrió la noche. Quizá necesitado de recordar sus esencias cafres, Francis Rossi (zapatillas deportivas y calcetines blancos en el Liceu) bromeó como si todo aquello le resultara un poco impostado, se rascó la entrepierna y esbozó alguna que otra pose de ‘guitar hero’ con la acústica sin levantarse del asiento. Dio cancha a sus dos escuderos: Andy Bown, con sus solos de armónica (‘Break the rules’, ‘Rain’), y John ‘Rhino’ Edwards, poniendo la voz solista en ‘Again and again’ y ‘Reason for living’.

Tras la impetuosa ‘Lies’, decidieron librarse de los taburetes, si bien el tono de la noche no cambió sustancialmente. Un ‘Hold you back’ con violín, más folk, realzando sus aires celtas, y el simpático viaje en el tiempo de ‘Pictures of matchstick men’, de su primer álbum (1968), cuando Status Quo coqueteaba con el pop psicodélico.

Lo que ocurre con las versiones acústicas es que, esas canciones de estribillos claros y pegadizos, con mucho acorde mayor, sin el efecto compensador de la distorsión guitarrera se convierten en músicas simplemente bonitas, festivas e inofensivas. Rossi y compañía (diez músicos en escena) las recorrieron con dedicación, incluyendo, al final, el hito ‘Whatever you want’ y la versión de ‘Rockin’ all over the world’ (John Fogerty), en un ‘set’ de 24 piezas en hora y media, pero dejaron en el aire la duda de si ese es realmente el futuro de Status Quo.