TOQUE DE ATENCIÓN DEL JURADO

El Crexells premia una obra autopublicada como la mejor novela en catalán del 2016

'Crui', de Joan Buades, fue rechazado por 15 editoriales, se publicó gracias a un Verkami y su difusión no fue más allá de Eivissa

Joan Buades, ganador del Premi Creixells, en el Ateneu Barcelonès.

Joan Buades, ganador del Premi Creixells, en el Ateneu Barcelonès. / ALBERT BERTRAN

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Si van a cualquier librería, pero a cualquiera, y piden un ejemplar de la que fue, según el jurado del Premi Crexells, la mejor novela publicada en catalán en el año 2016, no la encontrarán. La obra premiada, ‘Crui. Els portadors de la torxa’, del profesor de secundaria y exparlamentario balear de Els Verds por Eivissa Joan Buades, fue rechazada por 15 editoriales de Barcelona, València y Mallorca  (13 por la vía del silencio, dos con una educada carta) y publicada en las Pitiüses gracias a las aportaciones de 67 contribuyentes reclutados en Verkami. Por no tener, el libro no tuvo eco ni en Mallorca, y solo llegó a las manos del jurado gracias a los intereses ibicencos de uno de sus miembros, Anton Maria Espadaler. El jurado del Crexells, que ha sido relevado por el cambio de junta en el Ateneu Barcelonès, convocante del premio desde 1928, no oculta que con su elección ha querido despedirse dando un toque de atención sobre el estado actual de la novela en catalán.

Eso sí, dado que la microeditorial ibicenca Edicions Aïllades que imprimió el libro no tiene derechos sobre él, en otoño una editorial aún por confirmar hará una edición convencional del libro, y también puede encontrarse en versión en Kindle, autopublicada por el propio autor. Pendiente aún de juicio crítico, están sobre la mesa las intenciones del Buades, autor hasta ahora de ensayos contra la industria turística (habérselas visto con los Matutes de Eivissa debe de dejar profundas cicatrices) y que dibuja en su novela las relaciones entre “la creación de la industria turística en el Mediterráneo, el dinero nazi y los paraísos fiscales”. Y las del jurado formado por Mita Casacuberta, David Castillo, Rosa Delor, Anton Maria Espadaler, Jordi Llovet y Patrícia Gabancho (ya que el Ateneu ha cancelado la experiencia de decidir el ganador por votación entre socios y lectores de las bibliotecas catalanas, vista la ínfima participación de los primeros en los últimos años).

UN "MENSAJE"

Que el libro tuviera una vida editorial casi clandestina es, según Jordi Casassas, un “mensaje” sobre el estado del sector editorial en catalán. Aunque su destino hasta ahora quizá se deba a las dificultades para conseguir atención por parte de un autor que se define como "ultraperiférico", esa "periferia heterodoxa" más allá del canon o de la omnipresente "literatura de grandes superficies" que en opinión de Buades es imprescindible en cualquier "cultura sólida".

De la defensa del título hecha por Jordi Llovet queda claro que se han querido desnudar toda una serie de carencias de la novelística catalana actual (desde el punto de vista de unos jurados que, como Llovet, reclaman una “dimensión intelectual” al género y no ven ninguna objeción a que el premiado no sea un libro “para todos”, o que, como Castillo, sostienen que por venir del mundo de la poesía en general se le “caen las novelas de las manos”).

Llovet lamenta que en catalán no haya “novela de ideas” y que la de Buades “sea una de las pocas que se han producido en la literatura catalana”, deplora que la novela en catalán no haya sido capaz de tener una tradición literaria de referencia (mientras el ganador del premio se remite a la literatura centroeuropea) y critica que la narrativa catalana esté presa de un “corsé retórico” y de una lengua “altamente lexicalizada, con un lenguaje lleno de tópicos y prefabricado”, del que se escapa Buades con una visión “crítica e inteligente” de la lengua, o quizá por su origen periférico respecto al estándard barcelonés.

El protagonista de 'Crui' es un culto empresario y filántropo balear de origen teóricamente belga que a los 95 años se prepara para despedirse de la vida con un gran encuentro familiar, aunque una noticia llegada de Londres abre una grieta (eso significa el 'crui' del título) y acaba desvelando un pasado nazi que pasa por Königsberg, Lemberg, Hartheim, Tánger y la City de Londres. La trama narrativa, ha explicado Buades, "trata de hacer pensar" sobre la posibilidad de que una persona de alta cultura y trato personal afable sea al mismo tiempo "capaz de las mayores atrocidades", algo que no es una reflexión banal cuando en su opinión en una situación "crepuscular" como la actual en que "la Europa democrática se está acabando", "el fascismo no está tan lejos de lo que podemos llegar a creer cuando sectores importantes de Europa están abrazando el populismo más banal".