CRÍTICA DE CINE

'La casa de la esperanza': un zoo humano

Basado en hechos reales, este filme de Niki Caro sobre la ocupación nazi avanza carente de energía con situaciones demasiado dramáticas y destensadas

QUIM CASAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"La casa de la esperanza \u2605\u2605","text":null}}

Un zoo humano. De esta forma define en que se convertirá el zoológico de Varsovia Antonina Zabinski, la esposa del director del parque durante la ocupación nazi, cuando el marido decide que esconderán a todos los judíos que puedan. Basado en hechos reales, 'La casa de la esperanza' es un filme demasiado convencional, en su puesta en escena y entramado dramático, para el tema que trata, otro acto heroico de gente anónima durante la barbarie nazi.

A diferencia del protagonista de 'La lista de Schindler', Antonina y Jan Zabinski actúan en el filme (actuaron en la realidad si está no ha sido tergiversada, primero en la novelización de los hechos a cargo de la escritora Diane Ackerman, después en la adaptación cinematográfica) de forma totalmente altruista. Primero escondieron a una amiga común, después a otras personas y, finalmente, Jan encontró una forma de ir sacando paulatinamente a hombres, mujeres y niños del gueto de Varsovia para ocultarlos en los sótanos del zoológico.

No sé si fue verdad o no la relación de Antonia con el zoólogo personal de Hitler que encarna Daniel Brühl, pero tal como está planteada en la película, chirría demasiado. Jessica Chastain, modulando su voz a veces hasta el susurro, intenta dar a su personaje un empaque dramático que el guión no le presta. Entre situaciones destensadas y personajes sin pulir, avanza uno de esos filmes tan bienintencionados como encorsetados, carentes de energía pese a la lucha por la supervivencia que sus imágenes pretenden evocar.