CRÓNICA

Kool & The Gang, la hermandad 'funky'

El grupo de New Jersey hizo bailar al auditorio del Festival de Pedralbes con su repertorio de éxitos de los años 70 y 80, culminado con 'Get down on it' y 'Celebration'

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Kool & The Gang sigue llevándose auditorios por delante con su promesa de sesiones de baile asociadas a una edad dorada. Puede sorprender que uno de los llenazos más clamorosos de esta edición del Festival de Pedralbes lo haya protagonizado una banda apegada a un repertorio de edad situada entre los 30 y los 45 años, pero la atención del público no siempre se mueve por la actualidad y Kool & The Gang trasmite, con solo pronunciar su nombre, una idea de felicidad a través de su reluciente repertorio de éxitos.

Hablamos de un grupo que tiene tomada la medida de sus capacidades desde hace mucho: las diferencias entre el concierto de este jueves y el de hace tres años en el mismo recinto (y el del Auditori en el 2010, y el de Cap Roig en el 2008...) fueron de carácter anecdótico, y como entonces, cabe hablar de una actuación estructurada en tres bloques. El primero, a toda máquina: apertura con ‘Fresh’, esbelto ejemplar de la música suavemente acaramelada que agitaba las pistas de baile en 1984, seguida de ‘Tonight’, ‘Too hot’ y uno de sus exponentes más pop, el medio tiempo ‘Joanna’, con giros armónicos cercanos a unos Hall & Oates. 

ANTES DE LA ERA ‘DISCO’

En los pilares del edificio, el bajo del discreto líder, Robert ‘Kool’ Bell, creador de la banda a mediados de los 60, cuando era un adolescente, y en primera línea, dos cantantes solistas que alternaban funciones y contorsiones en complicidad con una tercera voz y la sección de metales. ‘Funky stuff’ decantó el repertorio hacia las esencias de los primeros 70, cuando el Gang parecía un alumno de James Brown o una versión con los pies en el suelo de Funkadelic. Más acentos profundos con ‘Jungle boogie’, ‘Hollywood swinging’ y ‘Summer madness’.

A esa altura de la noche comenzaba a manifestarse el síndrome “además de hacer bailar, tocamos que ni los profesores del Esmuc”: aquí un largo solo de trombón que te invitaba a estirar un poco las piernas y volver, allá otro de sintetizador. Y los cantantes convertidos en animadores en un larguísimo ‘Cherish’, bajando a la platea e invitando a la buena gente del lugar, risueños voluntarios, a entonar el estribillo con la mejor de las intenciones.

Atascado un poco el espectáculo en ese tramo entre virtuoso y participativo, el concierto recuperó el tono en el bloque final, a partir de ‘Take my heart’. Hacía rato que los cantantes hacían amagos de abordar ‘Get down on it’, y por fin llegó el momento, tras otro clásico, ‘Ladies night’, y antes del festín final con vistas a ‘Celebration’. Eso sí, repitiendo estribillos una y otra vez para que los ‘hits’ nos quedasen bien grabados en la memoria. Hasta su próxima visita.