CRÓNICAS DEL PRIMAVERA SOUND

Arcade Fire, jugando sobre seguro

El intenso grupo canadiense tiró de éxitos y preservó el secretismo alrededor de su recién anunciado nuevo disco

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JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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El reciente anuncio del próximo álbum de Arcade Fire, el primero en cuatro años, invitaba a soñar con un directo lleno de primicias. 'Everything now' se publicará el mes que viene, y así parecía claro que al menos la mitad del disco (no se pedía todo) se colaría en el repertorio. La realidad fue distinta, y de las nuevas canciones solo sonaron dos, las mismas que en el concierto sorpresa de la banda canadiense en la primera jornada del festival.

Arcade Fire tomaron el escenario al ritmo de una versión lenta e instrumental de 'Everything now', nuevo single defendido poco después en su versión oficial y discotequera, con ese fraseo de piano tan misteriosamente similar al de 'La gran ciudad' del grupo madrileño Templeton. El segundo tema presentado, 'Creature comfort', es un medio tiempo sintético con Win Butler y Régine Chassagne, matrimonio en el núcleo de Arcade Fire, alternando contagiosamente voces en grito.

Por lo demás, siguieron casi a rajatabla el esquema de uno de sus clásicos conciertos de festival. Las únicas sorpresas fueron temas no muy habituales últimamente en sus actuaciones como las reflexivas 'Neon bible' e 'In the backseat', balada liderada por la voz aguda de Chassagne que cerraba su clásico debut del 2004 'Funeral'. También hubo un pequeño guiño a 'I give you power', su colaboración con la leyenda góspel Mavis Staples.

COREANDO PUÑO EN ALTO

Las sospechosas habituales fueron esas canciones para corear puño en alto, no exentas de melancolía, de las que uno cree estar algo cansado de escuchar hasta que vuelven a sonar, aparecen esos grandes giros melódicos, esos picos de intensidad… Toda resistencia es inútil. Prueben a no sentir cierto sobrecogimiento en mitad de una masa quedándose afónica con el coro inicial de 'Wake up' o bordando los "¡hey!" de 'No cars go'. Prueben si se atreven.

Pero Arcade Fire no es grupo de único modelo de canción, sino una bestia mutante de enciclopédica sabiduría musical. Y algunos de los mejores momentos llegaron con las referencias al álbum 'Reflektor', giro bailable algo malentendido en su día del que extrajeron, por ejemplo, el doble nocaut 'Reflektor'/'Afterlife', confecciones pop de inteligencia infinita, magistrales a nivel melódico y estructural.