Primavera Sound, el festival de festivales

La muestra abre su nueva edición exhibiendo poder, con entradas y abonos agotados y un programa que combina a estrellas modernas como The xx y Arcade Fire con veteranos como Van Morrison

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Con sus  224 actuaciones programadas en el Fòrum, el Primavera Sound despliega un año más sus poderosas armas de seducción con el reclamo de una música alternativa que mueve multitudes: todo apunta a que la asistencia global de este año ronde o supere las 200.000 personas registradas el año pasado, cifra que sitúa al festival como el más multitudinario de Barcelona, una ciudad de por sí rica en muestras musicales. En el cartel, nombres de prestigio como The xx, Arcade Fire, Bon Iver, Solange o el veterano Van Morrison.

Tras el tradicional preludio de puertas abiertas de este miércoles, encabezado por el grupo pop británico Saint Etienne, el Fòrum centra las miradas a partir de este jueves y hasta la madrugada del domingo. Serán tres jornadas en que los asistentes podrán elegir en un menú simultáneo de 13 escenarios. Un público que ha agotado tanto los abonos para los tres días (a precios situados entre los 145 y los 195 euros, dependiendo del momento en que se compraron) como las entradas de días sueltos (a 80 euros).

CONTENEDOR AMPLIO

Cuando una fórmula funciona no es aconsejable tocarla demasiado, sugiere el sentido común, y el Primavera Sound se mantiene fiel a su ideal de contenedor amplio, de gran superficie con estanterías que ofrecen todos los sabores. El Primavera, si bien sitúa su epicentro en el marco mental anglosajón, parece aspirar a especializarse en todo, o casi: de las figuras de culto perdidas en el tiempo (Annette Peacock, debut en España tras 45 años de carrera) a un grupo estrella del thrash metal (Slayer) pasando por leyendas de la world music (el nigeriano King Sunny Adé) y creadores electrónicos (Aphex Twin) o del rap de vanguardia (Kate Tempest).

Por eso es posible hablar del Primavera Sound como un festival de festivales, si bien la exuberancia de su programación suele forzar al asistente a tomar difíciles decisiones a causa de la coincidencia de horarios. Algunos dilemas de este año: ¿Bon Iver o The Afghan Whigs? ¿Broken Social Scene o The Zombies? ¿Grace Jones o Seu Jorge? Los macrofestivales dan pie a objeciones derivadas de su gigantismo (incomodidad generada por las multitudes y las grandes distancias a pie, conciertos más cortos de lo habitual), si bien hay que reconocerles su utilidad como escaparates en los que uno puede descubrir propuestas inesperadas, fuera de su radar cotidiano.

DE BRASIL AL METAL

Este año, aunque pueda echarse en falta algún nombre con el tirón de unos Radiohead o The Cure, la lista de nombres propios es abrumadora, sobre todo dentro del hilo narrativo alternativo, ahí están The Magnetic Fields, Teenage Fanclub, Royal Trux, The Wedding Present, Swans, !!!, The Damned, The Make-Up, Run the Jewels o Julie Doiron, pero también fuera de sus contornos: de la institución brasileña Elza Soares al metal extremo de Gojira. Y  el estreno en Barcelona del nuevo disco de Mishima, ‘Ara i res’, encabezando un pelotón de bandas catalanas como El Petit de Cal Eril, Anímic y Les Sueques. De las cancelaciones de última hora no se libra nadie, tampoco el Primavera: si hace cinco años dolió la de Björk, esta vez hay que citar la del carismático cantante de r’n’b ralentizado Frank Ocean, por “retrasos de producción ajenos a su voluntad”.

Artistas, todos ellos, que forman parte de un imaginario cultivado por el festival desde su primera edición, en el 2001 (heredando los ciclos de conciertos que, bajo el mismo nombre, se organizaron en los 90). El moderno Primavera Sound nació aquel año en el Poble Espanyol (por ahí pasaron Pixies, PJ Harvey, Pulp y hasta Lluís Llach) y se trasladó en el 2005 en su actual asentamiento en el Fòrum, que ha acogido a figuras como Lou Reed, Neil Young, Patti Smith, Brian Wilson, Caetano Veloso, The Cure, Nick Cave, Radiohead, Blur, Portishead o My Bloody Valentine.

IMPACTO ECONÓMICO

El Primavera Sound es también, y en una medida no menor, una industria, un evento que genera un impacto en la ciudad de 95 millones de euros y donde el 52% de los asistentes son extranjeros (sobre todo, por este orden, británicos, italianos, franceses y alemanes). Público atraído por la mezcla de oferta cultural y, por qué no admitirlo, bonanza climática y playas cercanas.

A ellos se dirige también esta muestra cuyo presupuesto asciende a 11 millones de euros, de los cuales 140.000 los aporta el ayuntamiento (consagrados a la parcela Primavera a la Ciutat, con conciertos en una veintena de locales y enclaves urbanos) y otros 175.000, la Generalitat (con destino al área profesional, el Primavera Pro). Un Primavera que, en su 17ª edición, reafirma sus formas de coloso mientras, quizá, se pregunte hasta dónde tiene contemplado seguir creciendo.