CRÓNICA DE MÚSICA

Triunfo de Capuçon y la Sinfónica de Frankfurt

El violoncelista brilló con Chaikovski y la orquesta con 'La consagración de la primavera' de Stravinski

Gautier Capuçon

Gautier Capuçon / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un concierto que empieza por el bis da pistas de la excepcionalidad que ha rodeado su programación. La actuación de la Orquesta Sinfónica de Radio Frankfurt y el violoncelista Gautier Capuçon, en la cita de clausura de la temporada de Ibercameratemporada de Ibercamera, estuvo marcada por las dificultades de organización al tener que trasladar, a causa de la huelga en el Auditori, todo el complejo operativo del montaje con casi un centenar de elementos en escena, al Palau de la Música. Los músicos, que habían llegado en un vuelo tres horas antes apenas tuvieron tiempo de adaptarse a un recinto que no es el más adecuado para programas sinfónicos. Así y todo, el programa ofrecido sin descanso para ajustarse a los horarios de la sala modernista, concluyó con un rotundo éxito.

La complicada logística del cambio, con error incluido en la impresión del programa de mano donde no aparecía la obra para violoncelo de Chaikovski que interpretó Gautier Capuçon junto a la orquesta, obligó a Josep Maria Prat, director de la promotora, a explicar los esfuerzos realizados para salvar la cita y agradecer la fidelidad de los espectadores que, prácticamente, llenaron la sala. El colombiano Andrés Orozco-Estrada, actual titular de la formación alemana, relató con el humor propio de un  ‘showman’ los cambios que se había visto obligado a realizar para preservar la calidad del concierto. Incluso hizo notar que gran parte de la sección de cuerda estaba instalada sobre la plataforma del tablao donde iba a desarrollarse el espectáculo flamenco posterior. “No les extrañe si ven a los maestros zapateando”, dijo entre las risas del público.

APERTURA DE GURIDI

La novedad más importante fue la de cancelar la ejecución de la obertura de ‘Coriolano’ de Beethoven, al no haber podido preparar la pieza para ajustarla a la acústica de la sala. La sustituyó por la que iba a ser el bis: la página ‘Amorosa’ que forma parte de la obra ‘Las 10 melodías vascas’ de Jesús Guridi. Orozco-Estrada, que domina este repertorio desde sus tiempos de director en Euzkadi, ofreció una lectura impecable y llena de lirismo de la obra, antes de que entrara en acción la gran estrella como solista de la cita: Capuçon interpretando con una belleza y calidez sonora espectaculares muy bien respaldadas por la orquesta, las ‘Variaciones Rococó para violoncelo y orquesta’. La que está considerada como una de las obras más inspiradas de este tipo de repertorio con un ‘Andante sostenuto’ pletórico de magia sobrevoló el auditorio. Debutaba en el ciclo, pero su actuación presagia un futuro esperanzador con nuevas y estimulantes colaboraciones.

La exhibición de poder y equilibrio entre secciones de la sinfónica alemana con ‘La consagración de la primavera’ de Stravinski, fue de las que se recordarán durante mucho tiempo. La reconocida como una de las partituras para ballet y concierto que más impactaron e influyeron en la historia musical del pasado siglo, brilló gracias a la siempre controlada pulsión rítmica de la orquesta. El contraste entre los diferentes timbres, con gran despliegue de la percusión y la cuerda y una magistral actuación de la madera, dejó asombrada a la sala. Es cierto que esta obra de gran complejidad es idónea para que la interprete una orquesta tan engrasada y bien dirigida como la de Frankfurt, pero es difícil encontrarle el punto interpretativo que exige.

Orozco-Estrada, desde el podio, hizo un alarde de energía nada gratuita, a veces no muy elegante, pero de gran precisión en las indicaciones y con una gran capacidad a la hora de controlar los volúmenes. Tanto él como la orquesta han hecho méritos para regresar a esta u otras temporadas. Bien está lo que bien acaba.