CRÍTICA DE CINE

'Personal shopper': una historia de espectros

Kristen Stewart se desvincula definitivamente del 'universo Crepúsculo' en este elegante drama fantástico en el que Olivier Assayas captura la sugerencia antes que la evidencia

QUIM CASAS

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{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Personal shopper\u00a0\u2605\u2605\u2605\u2605\u2605","text":"Ver pel\u00edcula en la cartelera"}}'Personal shopper' es la historia de una joven estadounidense que vive en París y se encarga del guardarropa de una celebridad: va a Cartier a seleccionar sus joyas para un desfile, acude a las tiendas de moda para escoger sus vestidos y zapatos, viaja en motocicleta por las calles parisinas para dejar todas las pertenencias en su apartamento.

Pero el filme es, sobre todo, una historia de fantasmas protagonizada por esta ayudanta personal que es también médium, personaje con el que Kristen Stewart se desvincula definitivamente del 'universo Crepúsculo' para aposentarse en otro universo bien distinto, el del director Olivier Assayas: en el anterior filme del cineasta francés, 'Viaje a Sils Maria', también interpretó a la asistenta personal de una estrella, aunque en aquel caso se trataba de una veterana actriz teatral.

Hay en la película viajes, misterios, un asesinato, conversaciones por whatsapp muy bien filmadas -y no es tan fácil filmar bien este tipo de relaciones tecnológicas con los personajes anclados frente a la pantalla del ordenador o la del iPhone- y una tan bella como inquietante historia de espectros: la protagonista busca comunicarse con su hermano muerto, también médium.

Assayas captura la sugerencia antes que la evidencia. Filma lo fantástico de modo elegante. La primera secuencia en la casa abandonada es un magnífico ejemplo de cómo transmitir inquietuud, aunque después la película mezcle tonos, géneros, subtramas y nos recuerde que Víctor Hugo fue un gran defensor del ocultismo