Agustín Martínez recrea en "La mala hierba" la asfixia de relaciones tóxicas

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El desierto almeriense de Tabernas es el escenario elegido por Agustín Martínez para indagar en el drama de las relaciones tóxicas en "La mala hierba", una novela que narra el asesinato de una mujer desde una óptica doblemente asfixiante, por el lugar en el que transcurre el relato y los actores que rodean a la víctima.

"La mala hierba", editada por Plaza y Janés, es la segunda novela negra de Agustín Martínez (Lorca, 1972) tras "Monteperdido", que se tradujo a una docena de idiomas y supuso la entrada en el mundo literario del autor, guionista de televisión y que compagina la escritura con los guiones de "Acacias 38" y la nueva temporada de "Víctor Ros", del también murciano Jerónimo Tristante.

Según cuenta en una entrevista con Efe con motivo de su presentación hoy en Murcia, la novela surgió a partir de una escena que imaginó en formato audiovisual, quizá guiado por su formación académica, en la que un hombre que acababa de despertar de un coma de meses era informado de que su mujer había muerto de forma violenta en el asalto a su casa.

Todavía postrado en la cama del hospital, el protagonista, Jacobo, conoce que su hija de 14 años es la instigadora del crimen y, a partir de ese planteamiento, surge una trama de sospechas, mentiras y deslealtades, en la que se habla de parejas, de la vulnerable adolescencia, de las redes sociales y su "desnudez" y de cómo la vida es más fácil con trabajo, dinero y un poco de suerte.

Para el autor, la idea que subyace en "La mala hierba" está relacionada con la forma en que influyen las circunstancias en la existencia, en este caso, el traslado desde Madrid de una hasta entonces ordenada y feliz familia al inhóspito desierto almeriense, a raíz del despido del cabeza de familia.

En este libro, que le ha llevado dos años de trabajo y ya está siendo traducido al francés, inglés e italiano, Agustín Martínez recrea un ambiente muy tóxico en las relaciones familiares, del que resulta muy difícil salir, como también lo es escapar del calor, la asfixia y la incomunicación de Portocarrero, el pueblo ficticio de Tabernas en el que transcurre la historia y que actúa como un personaje más en el relato.

Al contrario que sus personajes, el autor -también guionista de "Al salir de clase", "Sin tetas no hay paraíso" y "Homicidios", entre otras series- se considera una persona muy afortunada porque llegó al mundo de la literatura de forma casual, empujado por un editor que tuvo en sus manos el primer capítulo de lo que iba a ser una miniserie y que, gracias a la lectura de esas 20 páginas, le pidió que escribiera "Monteperdido" en forma de novela.

Martínez reconoce que su éxito profesional le emociona y sorprende, a partes iguales, y cree que ha influido el hecho de que la novela negra atraviese una "etapa dorada" en España, algo que pudo comprobar el fin de semana pasado en el festival Valencia Negra, donde participó con "La mala hierba".

En su opinión, el gusto por este tipo de literatura, de entretenimiento "puro y duro" pero que en ningún caso puede considerarse un subgénero, puede hacer recuperar la conexión entre el autor y el lector que echa en falta en España ya que, para él, "se lee poco y se compran pocos libros".

A Agustín Martínez también le sobrecoge que su trabajo pueda leerse en Taiwán, Inglaterra, Francia, Alemania o los países escandinavos, donde sus personajes, "más de andar por casa", compiten en las librerías con criminales "más psicópatas" que los suyos, dice entre bromas.