DOBLE CITA DE LA BANDA DE MÚSICA MESTIZA

Txarango, en marcha

El grupo presentó su tercer disco, 'El cor de la terra', en un enérgico concierto en el Poble Espanyol tras año y medio de parón escénico

CRUCE DE CULTURAS El grupo, durante su actuación de anoche.

CRUCE DE CULTURAS El grupo, durante su actuación de anoche.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Txarango adelantó la temporada veraniega este viernes en el Poble Espanyol, donde su ensalada de ritmos calientes y rimas apasionadas se puso en el bolsillo, desde el minuto uno, a las 5.200 personas que llenaron el recinto. Una cifra que hay que multiplicar por dos: el grupo creado en el 2010 por músicos del Ripollès, Osona y La Garrotxa repite este sábado la presentación en Catalunya de su nuevo disco (tras pasar, días atrás, por plazas como el festival Viña Rock, en Albacete), el tercero de su trayectoria, El cor de la terra.

Un trabajo presidido por un mensaje de receptividad al cruce de culturas, empezando por las palabras pronunciadas por el actor Joan Crosas, que sonaron (enlatadas) al inicio del concierto: «Obriu totes les portes / Benvinguts al cor de la terra». Entró ahí la banda al galope, a lomos de un enérgico medley con citas a piezas como Benvinguts al llarg viatge, que condujo a una de las nuevas canciones de su repertorio bilingüe, Resiste y gana. Letra en esa línea transfronteriza. «Contratacar con tanques de canciones / Desalambrar vallas y corazones». 

Ritmo latino a discreción, soportado por una triple ración de batería y percusiones, con una sección de vientos ampliada y la incorporación de Jaume Barri como animador. Txarango, en la versión expansiva con la que esperan llevarse por delante los escenarios de este verano, con citas como Canet Rock. Un engranaje de música verbenera con mensaje que cumple su función sin fisuras.

AÑO Y MEDIO DESPUÉS

El grupo tiene tomada la medida de su poder y supo modular ritmos y consignas, fiesta y sentimiento, valiéndose de la capacidad comunicativa de su cantante, Alguer Miquel. «Hace año y medio que no nos encontrábamos en un concierto todos juntos. Os hemos echado de menos», aseguró tras al asalto skatalítico de otra pieza nueva, Terra endins (que en el disco cuenta con la colaboración de Manu Chao), antes de volver al territorio salsero con El meu poble.

Txarango combinó su vocación agitadora con momentos tendentes a la melancolía, un contraste que es uno de sus aciertos. Ahí estuvo la apertura recogida de Quan calla la ciutat o ese medio tiempo jamaicano llamado Mil ocells. El nuevo material fue casi tan coreado como el clásico, con muestras como Et recordo. Ahí, en el corazón del concierto, el grupo quiso ponerse «un poco nostálgico» y rescató del baúl aquella Amagada primavera que tanto sonó cinco años atrás. De ahí a la fanfarria balcánica desatada en Esperança.

COMPLICIDAD POPULAR

El Poble Espanyol, como una olla a presión y el grupo, aliviado. «Antes de salir estábamos muy nerviosos. Gracias por ayudarnos», señaló Alguer Miquel, integrando al público en el espectáculo. Uno de sus hitos, Músic de carrer, puso más madera y T'espero redirigió la mirada al nuevo disco, ahora con un mensaje de solidaridad hacia los campos de refugiados.

Concierto compacto, sin altibajos, con 24 canciones en hora y tres cuartso, y que en su tramo final puso el recinto del revés con hits como En caravana, Tant de bo, Una lluna a l'aigua y Volveremos. El material eufórico, invasivo, con el que Txarango se ha convertido en uno de los grupos estrella del circuito catalán.