Catalanes en la Bienal

Teresa Lanceta lleva años dedicándose a la creación, al arte textil en concreto, pero pese a que nació, trabaja y vive en Barcelona (la mitad de la semana, la otra mitad, en Alicante), desde 1989 que su obra no se ve en la ciudad. No expone mucho. Y aquí menos. Así que cuando Christine Macel (París, 1969), conservadora en jefe del Centro Pompidou y comisaria de la actual edición de la Bienal de Venecia, contactó con ella no supo mucho qué pensar. La francesa se presentó en su estudio y ella le enseñó lo que tenía a mano, o sea, lo que estaba empaquetando para la muestra que realizó el año pasado en Madrid, en La Casa Encendida, y luego en Bilbao, en el Azkuna Zentro. Solo al final, tras mucho hablar y mirar, Lanceta supo el porqué del viaje de Macel. La comisaria había visto su obra tiempo atrás, había anotado su nombre y la invitaba a participar en la 57ª edición de la Bienal de Venecia. La cita del arte por antonomasia que abrirá sus puertas el miércoles para los profesionales y a partir del sábado para el público en general.

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La invitación fue "¡una sorpresa del todo inesperada!", afirma Lanceta. No en vano, la muestra cada dos años, desde hace 122, reúne en la ciudad italiana a todo aquel que se precie de ser algo en el mundo de la creación contemporánea: comisarios, artistas, directores de museos, críticos y coleccionistas. Todos, a la caza de las últimas tendencias creativas. Ir a verla es relativamente fácil, basta con tener el presupuesto para hacerlo. Participar como artista invitado es mucho más complicado, depende del gusto del comisario de turno. De ahí la sorpresa y alegría de Lanceta. 

La elección de la creadora barcelonesa responde muy bien al carácter que Macel quiere dar a la exposición oficial, la que se despliega a lo largo de los Giardini y Arsenale y que acoge a 120 artistas de 51 países. Una muestra menos política que la que planteó su antecesor, Okwui Enwezor, y totalmente centrada en los autores: "Pensada con los artistas, por los artistas y para los artistas", apunta la comisaría que le ha puesto por título 'Viva Arte Viva': "Una exclamación, un grito apasionado, por el arte y la posición del artista". 

TAPICES Y 'PERFORMANCES'

Lanceta presentará siete piezas: dos grandes tapices y cuatro pinturas cosidas firmadas por ella, y una alfombra realizada por tejedoras del Medio Atlas Marroquí, su fuente de inspiración. Pero la creadora no será la única catalana presente en la exposición oficial, estará también el llamado grupo de Los catalanes de París, nombre que el crítico Alexandre Cirici dio a los conceptuales que se instalaron en la capital francesa en los 60: Antoni Miralda, Joan Rabascall, Benet Rossell y Jaume Xifra. Y que volcaron su creatividad en fiestas y rituales que se movían entre la 'performance' y el 'happening'. Algunos de ellos, los que recoge la cinta documental 'Cérémonials', se proyectarán en la exposición. No será su debut en la cita, de alguna manera u otra su obra ha pasado alguna vez por la Bienal, y Miralda fue la apuesta española en 1990.

Los pabellones nacionales son la otra parte importante de la Bienal. En ellos, 85 en esta edición, los países deciden qué mostrar. Y en el español lucirá Jordi Colomer, con lo que la presencia española de la cita este año se leerá en catalán. El pionero de la videoinstalación presentará '¡Únete! Join Us!', una "instalación de instalaciones", explica, centrada en la idea del nomadismo. "Mucha gente se ve obligada a desplazarse y hay un efecto de rechazo a esa población. De hecho, es un gran tema tabú de nuestra sociedad y en esta instalación se replantea el nomadismo como una organización posible de nuestras vidas", sostiene Colomer.

La presencial oficial la completa otro catalán Antoni Abad, en el Pabellón de Catalunya. Y la extraoficial: Mireia C. Saladrigues con su participación en la muestra You Gotta Say Yes to Another Access  y la exposición Ciutat de vacances, coproducida por el Arts Santa Mònica y Es Baluard.