CRÓNICA DE CONCIERTO

Un Monteverdi imponente con Gardiner

El director y sus formaciones y solistas sacuden al Palau con la belleza sonora de la ópera 'Il ritorno d'Ulisse in patria'

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CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Cumbre del año Monteverdi en Palau 100. Después del exitoso paso por el ciclo de Pablo Heras-Casado dirigiendo a la Balthasar Neumann, la presencia del referencial John Eliot Gardiner al frente de la English Baroque Soloist, el Monteverdi Choir y 16 destacados solistas, enfrentándose a la ópera 'Il ritorno d’Ulisse in patria', ha puesto la guinda del pastel de celebraciones de homenaje al compositor de Cremona. Sacudido por la belleza sonora de la interpretación de esta obra homérica, el público, puesto en pie como un resorte, aclamó reiteradamente a los protagonistas del evento después de tres horas y cuarto de gran intensidad dramática al servicio del relato del regreso del héroe a Ítaca.

Fue una velada histórica, ya que era la primera vez que se ofrecía en Barcelona la versión íntegra de esta obra. Y fue también una noche de magia por la calidad de una recreación en la que todos los elementos se ensamblaron a la perfección siguiendo las pautas marcadas por Gardiner. El maestro volvió a demostrar que es uno de los mejores intérpretes del legado de Claudio Monteverdi, el compositor más influyente en la transición de la música polifónica y madrigalista del siglo XVI y el nacimiento de la ópera en el siglo XVII. Su lectura, llena de lirismo pero sin descuidar la épica, maravilló al público. Minucioso en los detalles, con una precisa atención a la sonoridad orquestal y una especial dedicación a las voces, tuvo siempre todo bajo control.

DIOSES Y HOMBRES

Por si fuera poco, los cantantes no se limitaron a expresar con el canto el sentido del libreto. Los movimientos en escena, con un catálogo de cuidados gestos, expresiones y pequeñas coreografías, hicieron que se pudiera seguir la narración casi sin necesidad de los textos proyectados al fondo del escenario. Dioses y hombres se mezclan en esta narración basada en la parte final de 'La Odisea'. Recitativos y ariosos se suceden para configurar un relato en el que la injerencia de lo divino en los asuntos humanos es el hilo conductor de la pieza.

Tras una pieza instrumental para situar el tema, la Fragilidad Humana admite la sumisión debida al poder del Tiempo, la Fortuna y el Amor, símbolos recreados por solistas. La fiel Penélope, esposa de Ulises (encarnada por la impactante mezzo Lucile Richardot), aguarda en palacio el regreso de su marido expresando su dolor y tristeza por la larga espera con el recitativo 'Di misera Regina'. El relato continúa dando entrada a los numerosos personajes de la trama, entre los que destaca la diosa Minerva (delicada Hana Blazikovà), que propiciará el retorno del héroe (un Furio Zanassi de gran presencia escénica) y la derrota de sus enemigos con el engaño de la prueba del arco y el encuentro final de los esposos rematado con un sensual dúo.

Krystian Adam(como Telemaco) y Francisco Fernández-Rueda (el pastor Eumete) brillan también en un elenco en el que se hizo notar la excelente vis cómica de Robert Burt (el glotón Iro). Todos encajan dentro de un conjunto tan virtuoso como equilibrado que mantuvo el interés por la trama hasta el final.