Ópera de Ginebra gana apuesta de programación de calidad en recinto efímero

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Isabel Saco

Mantener una programación lírica de nivel internacional en un recinto efímero, una estructura de madera levantada para que el espectáculo continúe, sin interrupción, mientras su histórico edificio está en renovación, ha sido la apuesta ganada por la Ópera de Ginebra.

Lo mostró hoy su director general, Tobias Richter, al presentar la temporada 2017-2018, la segunda y última que se desarrollará bajo una arquitectura temporal, antes de retornar a su espacio original a mediados de 2018.

Esta mudanza no solo no ha restado mérito a la calidad de la oferta operística, sino que hasta cierto punto ha forzado a los responsables a optar por la originalidad en la elección de las obras.

El vasto pabellón de madera, de impecable acústica y cómodos sillones para 1.118 espectadores, cuenta, por su carácter temporal, con un escenario estático, sin trampillas ni grandes maquinarias, lo que hace imposible replicar piezas creadas para otras operas.

Por ello, la Ópera de Ginebra ofrece una programación hecha casi exclusivamente de nuevas producciones.

"La próxima temporada propone obras y artistas raros, que se adaptan bien a este lugar", dijo Richter en una conferencia de prensa.

El amor, en sus distintas manifestaciones es el denominador común de las obras elegidas para la programación que se inaugurará con una "Trilogía de Fígaro", el próximo 12 de septiembre.

Para completar en esta trilogía al "Barbero de Sevilla", de Rossini, y "Las bodas de Figaro", de Mozart, se ha creado "Figaro se divorcia", en coproducción con el Welsh National Ópera del Reino Unido.

"¿Qué pasa con la pareja después de los dos primeros episodios?" Según el libreto escrito por David Pountney para la compositora Elena Langer, Susana, frustrada por su deseo de ser madre, que no es compartido por su marido, decide dejarlo y pide el divorcio, un epílogo agridulce y que clausura esta gran historia de amor en formato ópera.

Esta trilogía se presentará en tres veladas consecutivas, tras sortear todo tipo de retos relacionados con la utilización de un mismo plató para tres escenografías diferentes y la participación de tres directores de orquesta cada noche.

La continuidad la ha garantizado el escenógrafo húngaro Ralph Koltaï, a quien Richter calificó como "una leyenda de la escenografía europea".

Otra coproducción y creación, respectivamente, concebidas para la Ópera de Ginebra serán "Fantasio", una obra escasamente conocida de Jacques Offenbach ("Los cuentos de Hoffmann"); y el "Baron Tzigane" de Strauss.

El director de orquesta español Jesús López Cobos dirigirá la música de "Fausto", de Charles Gounod, una de las óperas francesas más conocidas en el mundo, pero que se aleja de la obra homónima e inspiradora de Goethe para trazar la figura de un hedonista obsesionado por la juventud eterna.

Hacia el final de la temporada operística 2017-2013 de Ginebra se presentará la semiopera (mezcla de melodías, partes cantadas y diálogos) de estilo barroco el "Rey Arturo", de Henry Purcell, una nueva producción cuya dirección musical estará a cargo del argentino Leonardo García Alarcón.

"Este proyecto empezó como una coproducción, pero nos dimos cuenta que era imposible porque los textos hablados tenían que ser en francés para conseguir la interacción con el público que ofrece esta obra", comentó Richter.

La Ópera de Ginebra completa su oferta con recitales, conciertos y ballets, entre los que destaca en la próxima temporada "Callas", que conmemora los cuarenta años de la muerte de la soprano María Callas.