ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

'Power Rangers': del traje de licra al de Iron Man

La popular serie de televisión, paradigma de producción barata, salta a las grandes ligas con este 'reboot' de gran presupuesto

Imagen promocional de la película 'Power Rangers'.

Imagen promocional de la película 'Power Rangers'. / periodico

FERNANDO GRIMALT / BARCELONA

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Incluso teniendo en cuenta la tendencia de Hollywood a la exhumación nostálgica, la presencia de los Power Rangers en el panorama cinematográfico del 2017 parece un sinsentido. Da igual que el quinteto multicolor de guerreros adolescentes llevaran desde 1993 entre nosotros a través de más de 830 episodios de televisión repartidos en 24 temporadas y tres largometrajes: los trajes de licra (rojo, azul, amarillo verde, rosa, negro), los robots biomecánicos con forma de dinosaurio que pilotaban para combatir a monstruos gigantes y la especie de Mazinger en que se transformaban cuando los cinco unían fuerzas llevaban tiempo desterrados en algún rincón dejado de la mano de Dios de la cultura popular.

También cosa del pasado es la estética gloriosamente barata sobre la que 'Power Rangers' cimentó su buen nombre y construyó una abrumadora mitología destinada a llenar estanterías enteras en las jugueterías a mediados-finales de los años 90. Contemplando el 'reboot' de 100 millones de dólares que hoy llega a los cines nadie lo diría -no hay más que fijarse en los nuevos uniformes, que abandonan la estética de 'Todo a cien' para imitar el 'look' de 'Iron Man'- pero en su época dorada, mientras los Power Rangers se enfrentaban a cactus que viajaban en el tiempo, calabazas raperas y seres mitad pulpo mitad piña, la serie creada por el perspicaz empresario Haim Saban acreditaba valores de producción tan ínfimos que a ratos parecía un vídeo casero.

La explicación de tanta tosquedad radica en el inusual método de producción de la serie. No era una ficción original sino más bien la adaptación, o algo parecido, de un popular programa japonés del género 'tosukatsu' -en nipón, efectos especiales- llamado 'Super Sentai'. En realidad, cada episodio de 'Power Rangers' tomaba intactas secuencias de acción de Sentai y las mezclaba con fragmentos rodados 'ad hoc' en los que actores estadounidenses protagonizaban tramas estudiantiles que iban completamente a su aire. Como consecuencia los errores de continuidad eran constantes. Las escenas a menudo saltaban misteriosamente de una localización a otra en cuanto los jóvenes se transformaban en héroes y empezaban a ejecutar coreografías de lucha que parecían sesiones de aerobic.

EL CAMINO A LA GRAN PANTALLA

No es la primera vez que los Rangers' dan el salto a la pantalla grande. 'Power Rangers: la película' (1995), estaba protagonizada por los mismos actores que la teleserie pero no usaba metraje reciclado, y la segunda, 'Turbo Power Rangers' (1997), era poco más que una versión extendida de un episodio destinada a conectar la cuarta temporada de la serie con la quinta.

La nueva película va por otro camino a pesar de que la excusa argumental es la misma que en 1993: un grupo de jóvenes son reclutados por una cabeza flotante gigante que vive en una nave, Zordon -interpretada, ojo, por el mismísimo Bryan Cranston-, para proteger el mundo de Rita Repulsa (Elizabeth Banks), una alienígena malvada que permaneció presa en la luna durante 10.000 años.

Tomando ejemplo de las más recientes encarnaciones de Superman o Batman, los nuevos Rangers son más serios y oscuros de lo que tradicionalmente han sido en la pequeña pantalla. En su mundo no hay cabida para menciones exclamativas a criaturas prehistóricas como pterodáctilos o triceraptors, y lo que en su día fueron mancebos risueños e ingenuos aparecen aquí convertidos en sujetos problemáticos con problemas de socialización y agresividad. En general, aquí los personajes hablan y se comportan como gente real que tiene sentimientos y a la que el director Dean Israelite parece haber diseñado con 'El club de los cinco' (1985) en mente.

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A lo largo de la película, a medida que exploran sus habilidades recién adquiridas y participan en sesiones de entrenamiento, los jóvenes van aprendiendo el valor de la amistad, la solidaridad y el trabajo en equipo. De hecho, tan interesada está la película en relatar los orígenes de su sociedad que tarda aproximadamente 90 minutos, el 75% de su metraje, en permitir que los Power Rangers se metan finalmente dentro de sus trajes y ejerzan de superhéroes. ¿Qué pensarán de eso los fans de línea dura de la saga, aquellos que probablemente la asocian sobre todo a robots, dinosaurios y macarrónicos movimientos de karate? A los productores parece tenerles sin cuidado: por el momento, ya tienen planeado rodar un mínimo de seis secuelas.