EXPOSICIÓN EN EL EDIFICIO DE RICHARD MEIER
El Macba reúne la memoría colectiva del mundo árabe
Akram Zaatari explica los 20 años del Arab Image Foundation interviniendo algunas de las 600.000 imágenes que custodia
Natàlia Farré
Periodista
NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA
En el año 1997, un grupo de artistas -Fouad Elkoury, Samer Mohdad y Akram Zaatari- fundaron en el Líbano la Arab Image Foundation (AIF), una organización sin ánimo de lucro que nació con la ambición de crear una memoria fotográfica colectiva del mundo árabe, hasta entonces inexistente. Para ello recorrieron un montón de países en busca de imágenes. En muchas ocasiones obtuvieron colecciones particulares, fotos de familia, vamos; en otras, trabajos de profesionales.
{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"La instituci\u00f3n,\u00a0","text":"creada por artistas en el L\u00edbano en 1997, es el archivo gr\u00e1fico m\u00e1s importante de la zona\u00a0"}}
Veinte años después, la institución suma 600.000 imágenes y es única en su entorno. Entre los objetivos de tan ardua tarea había otro: dar relatos alternativos a la historia hegemónica. Un punto de vista que nada tiene que ver con contrarrestar la visión a menudo ofrecida de estos países por los extranjeros: "Hablar de lo que hacen los fotógrafos locales y los no locales es una trampa. ¿Quién decide lo que es local y lo que no lo es? Es un discurso provinciano", sostiene Zaatari.
{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"La pol\u00e9mica","text":"La muestra cuenta\u00a0\u00a0tambi\u00e9n con el comisario del exdirector del Macba Bartomeu Mar\u00ed. Algo que la Plataforma Assemble\u00e0ria d\u2019Artistes de Catalunya (PAAC) ha denunciado por ser Mar\u00ed el protagonista de la\u00a0crisis desatada\u00a0con la censura de la escultura de Ines Doujak\u00a0en exposici\u00f3n 'La Bestia y el Soberano'. Acto que acab\u00f3 con su dimisi\u00f3n y el despido de los comisarios Valent\u00edn Roma y Paul B. Preciado. Cr\u00edticas a las que el actual director Ferran Barenblit responde contundentemente: \u00abEl Macba bajo mi direcci\u00f3n no vetar\u00e1 a nadie, Es m\u00e1s, el museo y yo debemos respetar la autor\u00eda de los proyectos [\u2026]. Siempre tomar\u00e9 las decisiones que crea que son mejores para el museo. La \u00fanica prioridad es la excelencia. [\u2026] Cuando llegu\u00e9 el 1 octubre del 2015, decid\u00ed mantener todos los compromisos que ten\u00eda el museo ese d\u00eda, no cancel\u00e9\u00a0\u00a0ninguna exposici\u00f3n, y es algo que hice sin presi\u00f3n. Esta era una exposici\u00f3n extraordinaria y trabajada, y decid\u00ed continuar con ella. No me veo en disposici\u00f3n de vetar a ning\u00fan artista ni ning\u00fan comisario. Y negar la autor\u00eda curatorial de un proyecto hubiera imprecado su cancelaci\u00f3n. Algo que no se me ha pasado ni por la cabeza. [\u2026] Cuando llegu\u00e9 la exposici\u00f3n llevaba llevaba cuatro a\u00f1os de trabajo y un 20% del presupuesto ejecutado [\u2026]. Por supuesto, por si alguien tiene alguna duda, Bartomeu Mar\u00ed no cobra nada por el comisariado de esta muestra\u201d.\u00a0"}}
El artista lleva tres años escribiendo la historia del archivo, pero no de una manera ortodoxa sino desde la práctica artística. Porque el AIF tiene una naturaleza dual: es un repositorio de imágenes pero es también una plataforma de trabajo creativo. Así, coger las fotografías y darles una nueva dimensión da como resultado una "reflexión subjetiva" sobre lo ocurrido y coleccionado durante estos 20 años, explica Hiuway Chu comisaria, junto a Bartomeu Marí, de la exposición 'Contra la fotografía'.
UN GRAN YACIMIENTO
La muestra expone las creaciones realizadas por Zaatari con el material del archivo con el fin de explicar lo acontecido durante estas dos décadas abordando el trabajo "con métodos arqueológicos". Se puede ver "como un gran yacimiento, desde lo macro: analizando la AIF, a lo micro: examinando las prácticas de artistas concretos, pero no solo sus imágenes sino también las huellas que en ellas deja el tiempo, a veces más importantes que la propia fotografía", explica Chu.
La naturaleza de los trabajos presentados es muy diversa, desde las piezas más convencionales, como 'El vehículo', realizada a partir de imágenes familiares de los 50 donde los protagonistas posan con sus coches como símbolo de modernidad. La conclusión: "La modernidad del mundo árabe no fue tan diferente de la de aquí", apostilla Chu. A otras más conceptuales, como 'Arqueología', en la que Zaatari evoca la huella del tiempo reconstruyendo a escala natural la placa de vidrio de un atleta desnudo erosionada tras una inundación. U otras más políticas. Ahí está: 'La historia que no divide', una obra en la que las planchas de vidrio de dos fotógrafos de universos muy distintos: un sionista y un palestino, se han mantenido juntas durante 50 años, hasta que las imágenes se han contaminado entre ellas. Todo, hasta el 25 de septiembre.
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