FESTIVAL GUITAR BCN

Dulce Pontes: "Solo soy un medio para la música"

La cantante portuguesa presenta en el Palau su nuevo disco, el doble 'Peregrinação', con piezas propias, adaptaciones poéticas y viajes al tango, el flamenco y la 'chanson'

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Dulce Pontes regresa al Palau, en el marco del Guitar BCN (21.00 horas), con un nuevo disco, el doble ‘Peregrinação’. Un trabajo que ofrece sendos repertorios: ‘Nudez’, decantado por un imaginario portugués y que incluye piezas propias, y ‘Puertos de abrigo’, donde viaja de Albéniz a Aznavour a través del nuevo flamenco y el tango.

La última vez que habló con este diario, a finales del 2014, nos dijo que ‘Peregrinação’ estaba casi a punto. ¿Qué ocurrió? ¡Ha estado a punto un montón de veces, sí! Lo que ocurre es que soy yo quien lo edita, con mi pequeño sello, y eso tiene sus limitaciones.

Una peregrinación es un viaje con connotaciones espirituales. ¿Es el caso? Sin duda. Así ha sido siempre mi relación con la música, aunque yo no sigo ninguna religión: no encajo en ellas. Creo en Dios, en el creador, en ese misterio tan grande. Con el paso del tiempo, al conocer personas con enfermedades terminales que recorren a la música, te das cuenta de la función de las canciones. Yo soy solo un medio para la música.

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Ha puesto letra al ‘Concierto de Aranjuez’, de Rodrigo. Es como un autorretrato que abre el disco. Desde pequeñita escucho el ‘Concierto’. Descubrí que ya tenía otra letra, ‘Aranjuez, mon amour’ (de Richard Anthony, en 1968). No me gusta mucho: habla de amor y flores, y yo quise ponerle un texto más denso, más intenso.

Hay referencias al rico folclore portugués. A usted, a veces, aún siguen llamándola “cantante de fado”. Claro, porque Portugal es igual a fado, ¡no falla! (ríe) Pero hay un folclore portugués con más poso, más representativo de las tradiciones que se mantienen vivas en los pueblos.

¿Elegir piezas como ‘La bohème’, ‘Alfonsina y el mar’ o ‘Volver’ lleva consigo un mensaje nostálgico, de “ya no se hacen canciones así”? No, no, se siguen haciendo canciones bonitas. ‘Volver’ la conocí sobre todo por Estrella (Morente), mi Estrellinha linda. Creo que fui la primera en escucharla.

Y está ‘La leyenda del tiempo’, que cantó Camarón. ¿Qué le atrae de ella? Primero, el poema de Lorca, con esa idea de que el tiempo no existe, y luego la línea melódica. No es flamenco puro, es algo diferente.

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¿Hay una reivindicación ibérica en este disco? No lo hice con esa intención, pero sin duda es un trabajo totalmente ibérico, con un puente hasta Argentina.

¿Cómo entró el tango en su vida? Por las colaboraciones de Piazzolla y Ferrer. Después de que yo grabara ‘Balada para un loco’, Horacio Ferrer me escribió una carta. Me la mandó a través de un restaurante de Lisboa llamado ‘El último tango’, y me decía cosas muy lindas. Le invité a Lisboa e hicimos un concierto juntos. Me dio mucha confianza. Estuvimos dos veces a punto de hacer ‘María de Buenos Aires’, pero no pudo ser. Y él ya nos dejó.

En el 2014 hablaba de cómo la crisis económica y política podía influir en su música. ¿Ha sido así? Sin duda, se puede apreciar en ‘Nevoeiro’, que significa “niebla”. Es un texto de Pessoa que dice “nadie sabe lo que quiere, nadie sabe cuál es su alma, ni lo que está bien o mal...” Y termina aludiendo al despertar: “¡es la hora!”. Es muy actual. La humanidad camina hacia atrás, aunque creo en las personas y en las nuevas generaciones.

Han pasado ocho años desde ‘Momentos’. ¿Será ese, a partir de ahora su ritmo de trabajo? ¡Espero que no, o la próxima vez ya estaré sin dientes! (ríe) Ya tengo ideas para otro disco, pero aún es pronto. El año que viene cumpliré 30 años de carrera.

¿Lo celebrará? Aún no lo tengo claro. Tengo muchas grabaciones en video que quizá se podrían juntar en un DVD. No lo sé, querido, pero sí que espero seguir con ese bicho dentro, llamémosle actitud, que me hace seguir adelante, no estancarme en el pasado.