Las personas mayores "toman" el Teatre Lliure para compartir sus memorias

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Diez personas mayores de 75 años, sin experiencia actoral, "tomarán" el escenario del Teatre Lliure de Gràcia, del 31 de marzo al 2 de abril, para "contar el mundo a través de las memorias de una generación", ha explicado hoy Didier Ruiz, director de la obra de teatro comunitario "Dale recuerdos".

El proyecto consiste en una obra sin guión, donde Neus, Elena, Pepa, Rosa, Salvador, Eugeni, Fernando, Teresa, Mercedes y Francesc, personas mayores del barrio barcelonés, conversarán sobre sus recuerdos, con los que "se irá construyendo un mosaico de emociones que dejan entrever y nos relatan un camino de vida", ha señalado el dramaturgo francés en rueda de prensa.

"Dale recuerdos" surgió en 1999 en Béziers, Francia, ciudad natal del director, que ha asegurado que se le ocurrió la idea cuando estaba cansado de la forma en que se hace el teatro de forma tradicional, a partir de un texto, y por eso decidió buscar "otro tipo de material con el que trabajar, un material que debía ser oral".

Ruiz ha afirmado que, a partir de esa idea, se le ocurrió trabajar con gente mayor, "pues son los que tienen más cosas que decir. Mi objetivo es contar el mundo a través de ellas y ellos. A través de esos relatos que, aunque parecen anécdotas personales, son muy universales, pues nos hablan también de nuestra vida".

El título original en francés, "Je pense à vous" (Pienso en vosotros), da más pistas sobre el verdadero objetivo de la obra que, como ha explicado el director, consiste en "hablar de emociones y que, a través de las emociones de ellas y ellos, nosotros pensemos en las nuestras. Por eso 'piensan en nosotros'".

Desde su primer estreno en 1999, Didier Ruiz ha llevado este proyecto de teatro comunitario a 29 ciudades distintas, tanto de Francia, como de Chile o Rusia; y ahora llega a Barcelona, "por primera y última vez", para representar su trigésima edición, después de dieciocho años de trayectoria.

"La casualidad, la historia y la vida han querido que este proyecto se repitiera, cuando en un principio no tenía esa ida. Pero con esta obra repetir nunca es repetir, pues cambian los actores, los temas, las experiencias. Pensé que debía continuar con este camino, que llevo ya dieciocho años recorriendo", ha detallado Ruiz.

Desde entonces, el proceso creativo es el mismo: el director viaja a una ciudad, donde solicitan, a través de anuncios y del "boca a boca", personas de más de 75 años y sin experiencia actoral, con las que se hacen distintos encuentros individuales, que empiezan todos con la pregunta sobre si recuerdan su canción de cuna.

A partir de esos primeros encuentros, Ruiz selecciona los temas más relevantes, los "menos anecdóticos", a partir de los cuales construye un guión oral, donde solo se señala el orden que deberán seguir los temas, y con el que se trabajan ocho ensayos de dos horas cada uno, en los que participan todos los actores y actrices.

El director ha puntualizado que los ensayos siempre son pocos y cortos, pues "lo importante es mantener la frescura del espectáculo. Me interesa mantener el momento presente en que surgen las palabras, la sensación que es la primera vez que explican la historia".

El hecho de trabajar sin un guión con diálogos definidos es lo que ha animado más a las personas mayores a participar en el proyecto, según lo que ellas mismas han indicado.

"Poder expresar nuestras emociones, poder describirlas, es una experiencia impresionante. Sientes una gran tranquilidad en el alma. Normalmente las generaciones anteriores a la nuestra nos dejan un poco como detrás de un velo, no nos escuchan. Didier nos ha enseñado a levantar ese velo", ha asegurado Teresa Fors, una de las actrices.

El teatro se convierte, de esta forma, en una verdadera catarsis para las personas mayores que participan en el proyecto; como en el caso de Eugeni Llorens, que ha afirmado que "a medida que vas explicando los recuerdos, las memorias más duras se van dulcificando".

Didier Ruiz es un director que se interesa especialmente por la presencia en el escenario de los no-actores, en su papel de testimonios y portadores de su propias historias; un enfoque creativo que pone en práctica en esta obra y en otras, como "W", donde lleva a escena las voces de trabajadores anónimos.