CRÓNICA DE CONCIERTO

Steve Hackett, la llama de Genesis

El guitarrista británico combinó el material de su obra en solitario, incluyendo su nuevo disco, 'The night siren', con evocaciones de su antigua banda en un largo y refinado concierto en el Liceu

zentauroepp37793077 barcelona  23 03 2017 concierto de steve hackett en el liceu170324124321

zentauroepp37793077 barcelona 23 03 2017 concierto de steve hackett en el liceu170324124321 / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La reunión de Genesis, etapa clásica, difícilmente se producirá y la única manera de escuchar en directo ese material sin recurrir a una ‘tribute band’ es acudiendo a los conciertos del señor Steve Hackett, portador de la llama de aquel visionario prog-rock que el punk pretendió enterrar para siempre. El guitarrista sigue su camino en plazas distinguidas como el Liceu, que este jueves le acogió en el marco del Suite Festival.

Concierto generoso, casi dos horas y media, con una banda de cuatro funcionales operarios. La primera parte se centró en su obra en solitario, que abrió con la dinámica ‘Every day’, el sencillo de su tercer álbum, ‘Spectral mornings’ (1979), y que siguió su curso entre citas a otros trabajos (‘The steppes’, la inédita en directo ‘Rise again’) y muestras de su novísimo ‘The night siren’, a la venta este mismo viernes. Ese material denotó cierta voluntad endurecedora, con ese ‘Behind the smokes’ vagamente orientalista, que Hackett dedicó a los refugiados y que tiene aspecto de heredero de ‘Kashmir’, de Led Zeppelin.

SIN EXCESOS

Su Gibson Les Paul centró miradas, si bien Hackett nunca ha sido el ‘guitar hero’ que se mira al espejo, sino un estilista de digitaciones rigurosas, siempre sujetas a las cambiantes dinámicas compositivas. En ese bloque, el punto álgido fue el dramático ‘crescendo’ de  ‘Shadow of the hierophant’, pieza de su primer disco que en su día compuso con su compañero de banda Mike Rutherford.

El esperado homenaje al álbum ‘Wind & wuthering’, de Genesis, se consumó a través de un ciclo de cuatro piezas que abrió ‘Eleventh earl of mar’. Ahí entró en escena el cantante Nad Sylvan, que asumió la temeraria misión de suplir a Peter Gabriel y Phil Collins con texturas vocales semejantes. ‘Blood on the rooftops’ cuenta con una introducción de guitarra clásica y Hackett aprovechó para brindar sus cuerdas de nailon a ‘Horizons’, pieza de otro disco de Genesis, ‘Foxtrot’ (1972). De ahí a la instrumental ‘…In that quiet earth’ y el clímax de ese tramo, la emotiva ‘Afterglow’.

El ‘festival Genesis’ se prolongó con otras piezas, de ‘Dance on the volcano’ a ‘The musical box’, con su órgano barroco, pasando por ese ‘Inside and out’ que, como explicó Hackett, fue excluido de ‘Wind & wuthering’ y fue a parar al epé  ‘Spot the pigeon’. El bis lo puso ‘Los endos’, último eco de una música que, como vimos en el Liceu, sigue motivando a un público de perfil muy preciso, abrumadoramente masculino y de mediana edad.