CRÓNICA DE CONCIERTO

Howe Gelb, el vaquero se hace 'crooner'

El líder de Giant Sand presentó el repertorio de 'Future standards' en El Molino, como parte del Festival Mil·lenni

Howe Gelb, sentado al piano, en el concierto del miércoles en El Molino.

Howe Gelb, sentado al piano, en el concierto del miércoles en El Molino. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Howe Gelb prácticamente fundó el llamado 'country alternativo' con su banda Giant Sand, pero lejos de explotar una sola vía hasta la saciedad, no ha dejado de cambiar y añadir elementos frescos a su paleta sonora. Él ni siquiera se considera Americana, sino que prefiere definirse como "de la Tierra".

Sea como sea, su última aventura está muy ligada a la herencia cultural de su país de origen: 'Future standards' (2016) muestra al músico de Tucson (Arizona) convertido en 'crooner' pop-jazz al estilo Sinatra, aunque todavía no puede evitar las idiosincrasias y deja caer giros insólitos en las letras de intemporal temática amorosa.

El miércoles pasó por El Molino, como parte del programa del Festival Mil·lenni, para presentar este repertorio en la línea (pero con desvíos) de Jerome Kern, Irving Berlin, Cole Porter… Trajo a músicos que han colaborado en la grabación, como su viejo colega danés Thøger Lund (contrabajo) y Andrew Collberg (batería); por desgracia, no estaba Lonna Kelley, maravilloso contrapunto vocal femenino en el álbum.

Gelb arrancó la noche al piano de cola con un estándar ajeno, 'I always get lucky with you', del icono country Merle Haggard, convertida en una balada jazz cerca de Tom Waits. Y a continuación se acercó al 'Everything happens to me' de Chet Baker, convertida casi en otra canción porque la voz de barítono profunda de Gelb es bastante opuesta a la del legendario trompetista.

Pero él había venido a presentar sus estándares, sus "estándares del futuro, si es que vivís lo suficiente para verlo". Canciones de una envolvente melancolía como 'Irresponsible lovers', 'A book you’ve read before' (según dijo, la que llegó primero), el delicioso single 'Terribly so'… Pasado un rato prometió que en media hora dejaría de "castigar" con el piano y tocaría algo con una guitarra acústica prestada por la organización.

Y así fue. A las cuerdas se prestó, primero, a enseñar algunos bocetos del probable siguiente disco, que debería ser de estándares jazz, aunque no lo tiene tan claro. Su anterior concierto había sido un 'revival' del crudo debut de Giant Sand de 1985. Siente también ganas de rockear. "¿Algún psicoanalista en la sala?", preguntó. "¿Alguien quiere estudiar un caso de duplicidad en un rockero indie?".

Tras tocar fragmentos de viejos temas como 'Curse of a thousand flames' y 'Artists' con la acústica, regresó al piano para recuperar su mitad 'crooner'. Se le olvidó un poco de 'May you never fall in love': "Estas canciones se han ido para ser estándares de otro", bromeó, con el buen humor exhibido toda la noche. Pero bordó 'The shiver revisited', un escalofrío, a todas luces.