CRÍTICA DE CINE

'Locas de alegría': en la inopia

La película de Paolo Virzi es una comedia que no divierte y una tragedia que no conmueve, emocionalmente inestable e ideológicamente descentrada

NANDO SALVÀ

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Situado a caballo entre el 'rip-off' de 'Thelma y Louise' (1991) y el dramón sobre madres e hijos, este relato de dos mujeres que escapan del hospital psiquiátrico en el que están ingresadas se muestra tan emocionalmente inestable e ideológicamente descentrado como sus heroínas. Mientras mantiene como de costumbre un ojo puesto en predecesores como De Sica y Gassman, el director Paolo Virzi trata de combinar la comedia y la tragedia pero ni es suficientemente divertida -a pesar del irritante histrionismo en el que permanece instalada la actriz Valeria Bruni-Tedeschi- ni logra conmover por mucho que tire de sensiblería. Y aunque finge defender la transgresión social -usando ese trillado cliché según el que, aunque víctimas de los sinsabores de la vida, los enfermos mentales son gente libre y sin ataduras morales-, al final se revela como un canto al poder balsámico y reconfortante que la familia y el hogar poseen, aunque sean putativos. 

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