CRÍTICA DE CINE

'La Bella y la Bestia': sinfonía de objetos animados

Condon aporta a 'La Bella y la Bestia' mayor mesura dramática, estilización en los números cantados y gran aprovechamiento del decorado y la tecnología para crear emociones

QUIM CASAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"La Bella y la Bestia \u2605\u2605\u2605","text":"Ver pel\u00edcula en la cartelera"}}

En su actual política de revisar en imagen real algunos de sus hitos de animación, la factoría Disney ha vuelto sus pasos sobre 'La Bella y la Bestia'. Pocas sorpresas va a encontrar el espectador porque, en primer lugar, la película de Bill Condon es muy fiel a la versión animada dirigida por Gary Trousdale y Kirk Wise en 1991 y utiliza todas y cada una de las canciones de aquella, firmadas por Alan Menken

En segundo lugar, el tema de 'La Bella y la Bestia' se ha convertido en mito, adorna otras historias (la de 'King Kong', sin ir más lejos) y ha encontrado repetido acomodo en el cine y la televisión con espléndidas versiones como la realizada por Jean Cocteau en 1946, la más bella y feérica de todas.

¿Qué aporta entonces esta adaptación a cargo de Condon, director ya ligado al musical ('Dreamgirls') y a la fantasía (dos títulos de la saga 'Crepúsculo'), y protagonizada por <strong>Emma Watson</strong>? Una mayor mesura dramática, la estilización en casi todos los números cantados, especialmente el que abre la película y muestra muy bien la inadaptación de la protagonista en el pueblo, y, sobre todo, un gran aprovechamiento del decorado escénico y la tecnología para crear una determinada emoción. 

Diríase a veces que estamos en los dominios de Tim Burton y su particular percepción de lo gótico y lo bizarro con las tomas sobre el majestuoso y helado castillo de la Bestia, las cabalgadas en el bosque encantado o la divertida relación entre todos los objetos de la mansión que antes del hechizo fueron personas humanas. Paradojas de la diferencia entre animación e imagen real: lo mejor de 'La Bella y la Bestia' con actores de carne y hueso sigue siendo la movilidad y gestualidad de los objetos animados (la tetera, el armario, el piano, el candelabro), un festival de ingenio que culmina con la batalla campal contra los aldeanos.