Rosana, la canción y la empatía

La cantautora canaria renovó la relación de complicidad con sus fans en la presentación de su nuevo disco, 'En la memoria de la piel', en el Palau

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JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Rosana no solo canta canciones: representa la mujer fuerte y determinada que transmite luminosidad, sentimiento y fe en la humanidad. Grandes valores, emociones puras y una comunicación total con su público. Y si hace falta saltar al patio de butacas y seguir cantando mientras se sube hasta el último piso del Palau, envuelta en abrazos y caras atónitas, se hace, como pudimos ver, una vez más, este lunes en su regreso al Palau, acogida por el Festival del Mil·lenni.

Sus canciones sobre los sueños posibles, ser tú mismo, proteger la inocencia, cultivar la autoestima, creer en el futuro y salir adelante pese a las trampas que la vida nos depara siguen maravillando a un público amplio que ha crecido con ella y que ha encajado sus cambios musicales: la trovadora latina de sus inicios ha ido dando paso a una cantautora eléctrica que se alimenta de rock melódico. Ya en sus primeros tiempos advertía de que su sueño era grabar “baladas heavy como las de Scorpions”, y piezas como la que abrió la noche, ‘Llegaremos a tiempo’, se acercaron, cuando menos, a la power ballad. ¡Tiembla, Jennifer Rush!

EMOTIVIDAD SOLEMNE

Subió al escenario cruzando la platea y, silenciosa, durante la primera mitad del recital dejó que las canciones hablaran por ella: ‘Ahora’ y ‘No olvidarme de olvidar’, piezas de emotividad un poco aparatosa, ambas de su última obra, ‘En la memoria de la piel’, lanzada el pasado noviembre, y rescates de piezas como ‘Sin miedo’, ‘Hoy’ y ese trofeo pop rematadamente naíf, digno de un ‘grandes éxitos’ de La Oreja de Van Gogh, que responde por ‘Soñaré’.

El tramo acústico recuperó a la Rosana cantautora, primero sola (‘Con tus cinco sentidos’), luego con el siempre fotogénico ‘set’ de cajón y guitarras acústicas, a través de una álgida ‘Magia’ y rascando las cuerdas con fuerza en ‘Así son las cosas’. Una ‘Tormenta de arena’ a solas con la guitarra eléctrica, ‘torch song’ eficaz en esa versión cruda, y el canto a la sensualidad de ‘En la memoria de la piel’.

El espectáculo llegó en los bises, cuando Rosana ofreció su ya conocido número de recorrer el Palau de arriba a abajo mientras cantaba los éxitos de sus primeros discos: ‘Si tú no estás’, ‘Contigo’, ‘El talismán’ y ‘A fuego lento’. Conquistó al mismo director del festival, Martín Pérez, que anunció que la canaria actuará en el próximo Festival de Pedralbes, también a su cargo, y le pidió que vuelva cada año al Mil·lenni. “Esto es casi una petición de mano”, bromeó ella, asintiendo, en el clímax de otra noche de canciones soñadoras y grandes sonrisas en el Palau.