NOVEDAD EDITORIAL

15 consejos para educar a tu hija en el feminismo

La escritora Chimamanda Ngozi Adichie.

La escritora Chimamanda Ngozi Adichie. / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

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Un vídeo de las conferencias TED, esos impactantes discursos que intentan ayudarnos a mejorar el mundo, llegó a alcanzar más de seis millones de visionados en internet. Lo dictó una escritora nigeriana radicada en Estados Unidos, Chimamanda Ngozi Adichie, Chimamanda Ngozi Adichie,y la charla se llamó 'Todos deberíamos ser feministas'. Cargada de humor y sentido común, Adichie daba razones universales para la igualdad. Ahora, Literatura Random House y Fanbooks -que publicaron en sendos libritos aquella conferencia- recogen otra de las certeras reflexiones de la autora en el mismo sentido.

Su nuevo libro, 'Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo' / 'Estimada Ijeawele: manifest feminista en quinze consells', nació de la petición de una amiga que acababa de tener una hija y le pidió consejo para su educación en la igualdad. La autora le respondió entonces en una entrada de Facebook que más tarde amplió hasta convertirla en un texto más extenso.

Estos son, resumidos, los 15 consejos que Chimamanda dio a su amiga Ijeawele para educar a su hija. Que valen tanto para ella como para que las madres reflexionen también a la hora de educar a los chicos.

1. Sé una persona plena. La maternidad es un don maravilloso pero no te definas únicamente por ella. Adichie recuerda las palabras que Marlene Sanders, la primera mujer en informar sobre Vietnam, dijo a una colega más joven: “Nunca te disculpes por trabajar. Te gusta lo que haces, y que te guste lo que haces es un regalo fantástico para tus hijos”.

2. Hacedlo juntos. En ocasiones, las madres, tan condicionadas para ser y hacerlo todo, son cómplices de la reducción de la función de los padres.

3. Enseñale a tu hija que “los roles de género” son una solemne tontería. No le digas nunca que debe hacer algo o dejar de hacerlo “porque es una niña”. “Porque eres una niña”, nunca es una razón para nada. Nunca.

4. Ser feminista es como estar embarazada. O lo estás o no lo estás. El 'feminismo light' emplea analogías como “él es la cabeza y yo el cuello” o "él conduce pero tú viajas en el asiento delantero”. El bienestar de una mujer debe basarse en algo más que la benevolencia masculina.

5. Enseña a tu hija amor por los libros. Si todo falla, recompénsala. Conozco a una nigeriana notable, una madre soltera que está criando a su hija en Estados Unidos; a su hija no le gustaba leer, así que decidió pagarle cinco centavos por página.

6. Enséñale a cuestionar el lenguaje. El lenguaje es el depositario de nuestros prejuicios, creencias y presunciones. Pero para enseñárselo tendrás que cuestionar tu lenguaje.

7. Jamás hables del matrimonio como un logro. Un matrimonio puede ser feliz o desgraciado pero no es un logro. 

8. Enséñale a rechazar la obligación de gustar. Su trabajo no es ser deseable, su trabajo es realizarse plenamente en un ser que sea sincero y consciente de la humanidad del resto de la gente. 

9. Dale a tu hija un sentido de la identidad. Enséñale a aceptar las partes de su cultura que son bellas y a rechazar las que no lo son.

10. Fíjate en cómo tratáis el tema de su apariencia. Anímala a practicar deporte. Si le gusta el maquillaje, deja que se maquille. Si le gusta la moda, déjala que se arregle. Pero si no le gusta ni una cosa ni la otra, déjala tranquila.

11. Enséñale a cuestionar el uso selectivo que hace nuestra cultura de la biología como “razón” para las normas sociales. Las normas sociales las crean los seres humanos y no hay ninguna que no pueda cambiarse.

12. Háblale de sexo y empieza pronto. Dile que el sexo puede ser algo bello y que, aparte de las consecuencias físicas evidentes (¡para ella como mujer!), también puede tener consecuencias emocionales.

13. Llegará el amor, así que asúmelo. Enséñale que amor no es solo dar, sino también recibir.

14. Al enseñarle sobre la opresión, ten cuidado de no convertir a los oprimidos en santos.

15. Háblale de la diferencia. Convierte la diferencia en habitual. Haz normal la diferencia. Enséñale a valorar la diferencia.