Hollywood: el club de las luchas

La historia de la industria del cine está llena de romances, sí, pero en sus títulos de crédito también anidan enemistades inflamables.

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Las hermanas Joan Fontaine y Olivia de Havilland no se aguantaban, Lawrence Olivier menospreciaba a Marilyn Monroe y Faye Dunaway arrojó una taza de meados a Roman Polanski porque, entre otras tiranías, no la dejaba ir al lavabo. La historia de Hollywood está llena de romances, sí, pero en sus títulos de crédito también relaciones tóxicas e inflamables.

MARILYN MONROE Y LAURENCE OLIVIER

Tony Curtis dijo aquella célebre frase de que besar a Monroe en ‘Con faldas y a lo loco’ fue «como besar a Hitler». Pero, años antes, la actriz había tenido una rivalidad, si cabe, más intensa con otro compañero de rodaje, Laurence Olivier, en ‘El príncipe y la corista’. Olivier veía a Monroe como una actriz de poca categoría en comparación con él. No solo puso en duda su talento, sino también su atractivo. Y llegó al punto de llevarse al rodaje a su mujer, Vivien Leigh –quien había hecho el personaje de Monroe en teatro–, solo para incomodar a la tímida ‘partenaire’. 

JOAN FONTAINE Y OLIVIA DE HAVILLAND

Eran hermanas, pero eso no ayudó a que se llevaran mejor, casi al contrario. Compitieron por las atenciones ya en la infancia, cuando Olivia consiguió papeles en obras locales que a Joan –quien usó a posteriori el apellido de su padrastro– se le resistían. Joan fue, sin embargo, la primera en casarse, con un antiguo romance de Olivia,  y también en ganar un Oscar, derrotando entre otras actrices… a su hermana. Según Fontaine, cuando trató de felicitar a De Havilland por el que obtendría cinco años después recibió el más crudo de los rechazos.

FRANK SINATRA Y MARLON BRANDO

Otro musical de jovialidad engañosa: ‘Ellos y ellas’, dirigido por Joseph L. Mankiewicz en 1955, y en cuyo rodaje Frank Sinatra y Marlon Brando se llevaron como perros y acabaron hablando solo por intermediarios. Al parecer, Sinatra tenía celos del personaje de Brando, más sustancioso y romántico; cantó sus temas en un tono menos cómico del que correspondía a su personaje. Todavía tres décadas después, Sinatra aprovechaba un ‘impasse’ en un concierto en el Budokan de Tokio para hablar irónicamente del «maravilloso barítono Marlon Brando: terrible».

DEBBIE REYNOLDS Y GENE KELLY

Cantando bajo la lluvia’ es esa clase de película que puede iluminar hasta el día más gris. Pero, al parecer, su rodaje fue una pesadilla. La recientemente fallecida actriz Debbie Reynolds escribió en sus memorias del 2013: «Dar a luz [a Carrie y Todd Fisher] y rodar ‘Cantando bajo la lluvia‘ son las dos cosas más duras que he hecho». Reynolds, sin experiencia en el baile, fue fichada contra la voluntad de Gene Kelly, quien criticó cada uno de sus pasos y nunca le dio una palabra de ánimo. Hubo final feliz: más adelante acabaron siendo amigos.

ROMAN POLANSKI Y FAYE DUNAWAY

Un director con maneras de dictador. Una actriz con ínfulas de estrella. Algo gordo estaba llamado a suceder en el rodaje de ‘Chinatown’, y ese incidente fue relatado en el libro ‘Moteros tranquilos, toros salvajes’, de Peter Biskind. Dunaway  había pedido una pausa para hacer pipí, pero Polanski le dijo que se quedara donde estaba, en un coche. Poco después, el director se acercó para hablar con ella y esta le tiró una taza de café llena de líquido. Él dijo: «¡Hija de puta, es una meada!». Y ella le dijo: «Sí, polaco de mierda», y subió la ventanilla.

MARLENE DIETRICH Y GRETA GARBO

MGM y Paramount supieron vender a conciencia la supuesta rivalidad entre estas dos importaciones europeas, que compartieron desde tipos de personaje –las espías de ‘Mata Hari’ y ‘Fatalidad’, las mujeres con títulos nobiliarios de ‘La reina Cristina de Suecia’ y ‘Capricho imperial’– hasta amistades íntimas. Ellas solían hacer como si no se conocieran, pero el libro ‘Greta & Marlene: Safo va a Hollywood’ estableció la teoría de un romance entre ellas a mediados de los años 20, mientras rodaban en Berlín la película muda ‘Bajo la máscara del placer’.