CRÓNICA DE TEATRO

Eterno José Sacristán en el Poliorama

El veterano actor es la gran soporte de 'Muñeca de porcelana', un texto irregular de David Mamet sobre un millonario corrupto y sin escrúpulos

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JOSÉ CARLOS SORRIBES

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La presencia de José Sacristán en un teatro ya es de por sí un acontecimiento. Y más si llega con un texto, 'China doll', que David Mamet escribió para Al Pacino, pese a que su estreno en Broadway hace poco más de un año se llevó una buena ración de palos de la crítica. 'Muñeca de porcelana', la versión de Bernabé Rubio, se ha instalado en el Poliorama con el incuestionable reclamo de un actor que cumplirá 80 años en septiembre y luce un vigor impropio de esa edad. Sacristán sigue en una excelente forma, y lo demuestra.

El intérprete despliega en 'Muñeca de porcelana' una clase de cómo estar y 'decir' desde un escenario. Su figura y su voz profunda, diáfana, con sus particularísimas modulaciones, inundan el montaje por encima del vuelo del texto. Es Mamet un dramaturgo irregular y parece haber perdido el toque mágico de piezas como 'American Buffalo', 'Glengarry Glen Ross' y 'Oleanna'. 'Muñeca de porcelana' es un retrato de las cloacas del poder, algo manido, a partir de la figura de un poderoso millonario llamado Mickey Ross.

Tipo sin escrúpulos, vive acostumbrado a manejar los hilos sin que nadie contradiga ni sus actos ni palabras. Fuera o dentro de la ley. Ya muy cerca del retiro, quiere compartirlo con una joven prometida a la que acaba de regalar... ¡un avión! Un imprevisto con esa aeronave a partir de un aterrizaje forzoso en Canadá lo abocará, poco a poco, al precipicio. Todo sucede en apenas 24 horas, entre su despacho y su apartamento, mostrados en una sugerente y amplia escenografía.

CONTINUAS LLAMADAS DE TELÉFONO

Mamet dispara rápido, como siempre, en un diálogo vertiginoso entre el fanfarrón y bocazas Ross y su secretario, Carson, con aires de alumno aventajado. El vértigo se manifiesta en continuas llamadas de teléfono de uno y otro. Son tantas que llegan a cansar, como también lo hacen los reiterados detalles sobre el incidente con el avión, que supondrá un serio problema fiscal. El dramaturgo se entretiene con ello y tarda demasiado en encender la mecha de una obra corta, apenas 75 minutos, con un final cuanto menos pintoresco.

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Lo mejor del texto son algunas frases que tienen el eco premonitorio del inquietante cambio de inquilino en la Casa Blanca. "Para ganar las elecciones hace falta un huevo de pasta y una frase mágica, cuanto más absurda, mejor", suelta Ross. "La gente es imbécil", dice en otro momento respecto a los votantes. Como Sacristán ejerce de pilar incuestionable de 'Muñeca de porcelana', la sobria dirección de Juan Carlos Rubio se pone a su servicio, como lo hace también Javier Godino en el papel de Carson. El joven actor madrileño está en su sitio, consciente de que todas las miradas van a ir a parar a su insigne compañero de escenario.