ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

'Proyecto Lázaro': el primer hombre resucitado

El director y guionista Mateo Gil reflexiona sobre la vida y sus límites en este drama futurista protagonizado por Tom Hughes y Oona Chaplin

JULIÁN GARCÍA / BARCELONA

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En el 2008, Mateo Gil leyó un intrigante artículo acerca de un corazón de rata creado a partir de células madrecorazón de rata. Tal avance, explicaba el texto, era el primer paso para fabricar en el futuro corazones humanos y otros órganos a partir de tejidos muertos. Sobrecogido, Gil decidió desempolvar una vieja idea que se le había ocurrido mientras escribía con Amenábar años atrás el guión de ‘Abre los ojos’: ¿qué sucedería si una persona muerta pudiera ser resucitada en el futuro?¿Qué encaje tendría esa persona en un tiempo completamente ajeno al suyo? “No podía esperar más. Ese mismo verano tomé las primeras notas y al año siguiente me encerré en casa un mes y escribí el primer guión”, recuerda Gil. El resultado final es su tercera película como director, la recién estrenada ‘Proyecto Lázaro’ ‘Proyecto Lázaro’, estilizado drama futurista sobre un joven enfermo de cáncer terminal que decide criogenizarse (Tom Hughes) y, gracias a los avances científicos, vuelve a la vida en el futuro.

Rodada en inglés con reparto internacional en localizaciones de Tenerife como el fabuloso Espacio de Las Artes de Herzog & De Meuron, ‘Proyecto Lázaro’ se inscribe en la cada vez más frondosa rama de la ciencia ficción dramática que indaga en la dimensión trascendental y espiritual de la existencia, representada por títulos como ‘El árbol de la vida’ (Terrence Malick, 2011), ‘Otra Tierra’ (Mike Cahill, 2011), ‘La llegada’ (Denis Villeneuve, 2016) o la teleserie de Netflix ‘The OA’ (Brit Marling y Zal Batmanglij, 2016). “Hay gente que me dice que ‘Proyecto Lázaro’ tiene algo de la evanescencia poética de Malick, pero ya quisiera yo”, bromea Gil cerca de su tercer largometraje, tras el ‘thriller’ nazareno ‘Nadie conoce a nadie’ y el wéstern ‘Blackthorn’.

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“‘Proyecto Lázaro’ no es una película sobre el futuro, ni sobre la medicina, ni sobre la tecnología. Es, por encima de todo, una historia de amor entre el protagonista en el futuro y su chica en el pasado [Oona Chaplin], y una reflexión sobre el hecho de estar vivo y, por supuesto, sobre la muerte. Porque la vida sin la muerte no tiene ningún sentido”, afirma Gil, declarado hombre de ciencia. “Los avances médicos prometen avanzar considerablemente nuestra vida; incluso llegar a la inmortalidad, pero… ¿estamos preparados para ello? Yo creo que no. No es lo mismo alargar la vida que alargar la juventud”.

LAS OBSESIONES DE MATEO GIL

En este sentido, ‘Proyecto Lázaro’, proyectada en la sección oficial del último Festival de Sitgessección oficial del último Festival de Sitges, se alimenta de viejas obsesiones de Gil, rastreables en sus trabajos como guionista de Amenábar. Por un lado, la criogenización y la resurrección, presente en la intrincada trama de ‘Abre los ojos’ (1997) y los propios límites de la vida, hilo conductor del drama eutanásico ‘Mar adentro’ (2004). “Hay muchas obsesiones mías ahí expuestas, es cierto", admite el director canario. "Por ejemplo, mi terror a la muerte, más bien a la vida artificial; la rapidez con la que pasa la vida, el hecho de que tu experiencia acabe convertida en meros recuerdos. Cuando toda tu vida solo está en tu cabeza como un recuerdo, ¿existió realmente? ¿O es todo mentira y te lo has inventado? ¡Tiene algo de aterrador!", exclama con una sonora, y por fortuna, relajante carcajada. 

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No es de extrañar, pues, que el proceso creativo de ‘Proyecto Lázaro’ dejara exhausto a Gil tras casi siete años de intenso trabajo. “Llegué a enfermar tras la redacción de la primera versión del guión. Ha sido un proceso absorbente, febril, un poco oscuro. Entré en una especie de cámara oscura durante muchos meses. Me quitó mucha energía interior. Me vació”, reconoce el director, que acaba de rodar el que será su cuarto largometraje, la comedia romántico-científica ‘Las leyes de la termodinámica’, protagonizada por Vito Sanz, Berta Vázquez, Chino Darín y Vicky Luengo. “Ha sido muy gratificante rodar esta comedia. Lo necesitaba. Hemos reído mucho. Es como un manual de física en clave de comedia para explicar dos historias de amor”, afirma. “Es que a mí -rie- me interesa mucho la ciencia”.