CRÓNICA

En la inmortal estela de Bowie

Una veintena de artistas, la mayoría de la escena pop catalana, rindieron homenaje en Razzmatazz al cantante británico, fallecido hace un año, en un concierto a beneficio de los niños afectados por el cáncer

Luis Miguélez, en el homenaje a Bowie en Razzmatazz.

Luis Miguélez, en el homenaje a Bowie en Razzmatazz. / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Lo resumió Rubén Pozo, excomponente de Pereza, antes de cantar ‘Tonight’: “Ha pasado un año y seguimos de luto”. Un duelo, sí, más tranquilo que hace doce mesesmás tranquilo, cuando la noticia de la muerte de Bowie conmocionó a sus fans, y con el componente benéfico más en primer plano, de la mano ahora de la AFANOC, la asociación de familiares y amigos de niños con cáncer. Noche de homenaje y de complicidades en Razzmatazz, y con un generosísimo desfile de invitados, una veintena, que dilató la sesión hasta las cinco horas.

La ventaja de disponer de un repertorio como el de David Bowie es que el concierto será cualquier cosa menos lineal. Los artistas tuvieron donde elegir en su vasto y diverso catálogo, y hubo despliegues de épica (‘Heroes’ por Luis Miguélez) e intimismo melódico (David Amills y Jaume Vilaseca en ‘Space oddity’ y ‘Life on Mars’), atrevimientos instrumentales (‘The man who sold the world’ con cajón y la guitarra acústica de Tori Sparks) y acercamientos al rock electrónico-industrial: ‘I’m afraid of americans’ por Ramon Aragall, batería de grupos como Els Amics de les Arts convertido en desmelenado ‘front-man’. Y el Bowie negro: el soul de ‘Young americans’ recreado por San Leon.

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REVISIONES LIBRES

Seward volvió a ‘Blackstar’ con un ‘Sue (or in a season of crime)’ más libre si cabe que el original, con metales abiertos a flujos jazzísticos y ‘performance’ de Adriano Galante. En el otro extremo de esa expansiva actitud escénica, Alex Torío, al teclado, adentrándose en los contornos melódicos de ‘Time’ y ‘Where are we now?’, y añadiendo un homenaje paralelo a Cohen citando ‘Hallelujah’, con banda y Empar Moliner a los coros. Y Sr. Canario, la nueva banda de Dani Vega (Mishima), y miembros de Inspira, jugando con ‘Sound and vision’ siguiendo la pauta de la versión de Beck.

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Canciones de otra dimensión, que para algunos quizá eran demasiado bellas o icónicas para atreverse a cambiarlas: ahí estuvo acercamiento a ‘Ziggy Stardust’ por parte de Elefantes, o ese ‘Five years’ oficiado por Gerard Quintana, que contó luego con Glaucs en una furiosa ‘Scary monsters’. Stand Up Against Heart Crime, poniendo vientos, cuerdas y coros a ‘Soul love’, y Mariona Aupí, tratando con mimo un ‘Loving the alien’ con el que nos vino a decir que en el Bowie de los 80 también había material perdurable.

Cantaron a beneficio de los niños afectados por una enfermedad que Maite Golmayo, en nombre de la AFANOC, calificó de “familiar” puesto que “la sufre una persona pero la vive todo su entorno cercano”. Aliándose todos en una escena final, en torno a la última banda, Warsun, en un ‘Starman’ colectivo rumbo a las estrellas.