CRÓNICA

Manuel Carrasco, en la liga de las estrellas

El cantante onubense desplegó el cancionero sentimental de 'Bailar el viento' en su debut en el Palau Sant Jordi

Manuel Carrasco, en el Palau Sant Jordi.

Manuel Carrasco, en el Palau Sant Jordi. / FERRAN SENDRA

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Quedó segundo en la ‘O. T.’ del 2003, y si bien su carrera podría haberse diluido desde entonces, como tantas otras, ha ido cogiendo peso e incorporando capas de público; últimamente, todo hay que decirlo, gracias al todopoderoso efecto de ‘La voz’. De un ‘talent show’ a otro, pues, y cultivando el vínculo físico con sus fans en conciertos como el de este miércoles en el Sant Jordi, sala que Manuel Carrasco abordaba por primera vez y que registró una buena entrada, 14.135 personas según la organización.

El cantante de Huelva lució su presente, el de ‘Bailar el viento’, desde los melodramáticos ‘Tambores de guerra’ y a través de baladas y medios tiempos como ‘Y ahora lo sé’ y ‘Pequeña sonrisa sonora’. Canciones llenas de metáforas sentidas, con cierta fijación por el cosmos: en ‘Uno x uno’ alertó de una “lluvia de estrellas que se disparan”; en ‘No dejes de soñar’ cantó a la “estrella en tu interior”; ‘Desde aquí del otro lado’ advirtió de que hay “un nombre por cada estrella”… El Sant Jordi, a juego, convertido en bóveda celeste con los puntos de luz de los móviles. Carrasco es un poeta incluso cuando se pone informal. “El corazón se me sale del pecho viendo vuestras miradas”, suspiró.

RICO EN AZÚCAR

Representa una puesta al día del cantante ligero de toda la vida, aunque con aires más casuales que de baladista acartonado y manejando una voz que transmite sentimiento aunque le sienten mejor los recintos reducidos que los pabellones. Carrasco ofreció sencillez, cultura del esfuerzo, sensualidad, celebración de la vida, romanticismo…, y azúcar en poderosas cantidades, factor agravado a la vista de su próxima paternidad. “Ahora han cambiado los regalos: me regalan baberos”, confesó. En ‘Soy afortunado’ clamó por su buena estrella y sus raíces flamenco-copleras, más resaltadas en ‘Te vi pasar’, que se arriesgó a cantar con Carlos Torres, dotado finalista de última edición de ‘La voz’.

Momentos del Carrasco más genuino en ‘Menos mal’, a voz y piano, y ese ‘Bailar al viento’ que contiene uno de sus mejores trayectos melódicos. Más dinámico y pop en ‘Sígueme’, y definitivamente ‘alejandriano’ en ‘¿Qué nos está pasando?’, en un tramo final que incluyó ‘No dejes de soñar’ y ‘Ya no’, y en el que aludió a los “machistas cobardes que se esconden tras su máscara” y defendió que Catalunya “decida” (“pero que te quedes conmigo”). Manuel Carrasco, cubriendo todos los frentes en su salto a la liga de las estrellas.

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