CRÍTICA DE CINE

'Michelle y Obama': antes del despacho oval

El 'biopic' de Richard Tanne habla del hombre por encima del presidente; todo muy bien intencionado pero cinematográficamente insuficiente

QUIM CASAS

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El peculiar título en español de este filme hace más íntimo al personaje femenino, llamado por su nombre de pila, Michelle, y más universal al masculino, Obama. Lo equitativo habría sido 'Michelle & Barack', o 'Los Obama', pero esa diferencia resulta significativa de uno de los reduccionistas postulados de la película: al lado de un gran hombre siempre hay una excelente mujer.

Que se estrene ahora (en Estados Unidos lo hizo en agosto), cuando el histriónico y peligroso Donald Trump ha substituido a Obama en la Casa Blanca, tiene un significado casi nostálgico: cualquier tiempo pasado fue mejor, al menos para los estadounidenses. Por lo demás, se trata de un filme (con aires de telefilme e innecesaria música permanente de fondo) fiel a las consignas de los 'biopics' presidenciales, variante genérica por la que han desfilado Abraham Lincoln, Woodrow Wilson, Richard Nixon y George Bush Jr., entre otros.

Aquí se trata de los inicios de la relación entre Obama y su futura esposa Michelle en 1989, cuando el despacho oval era una quimera. La primera cita (aunque ella está convencida de que nunca saldrá con él), la conquista, divergencias familiares, el coche ruinoso del joven Barack, los primeros conflictos, los respectivos cometidos en la abogacía... El hombre por encima del presidente, todo muy bien intencionado pero cinematográficamente insuficiente.

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