Peter Stamm: accidentes, desnudos y referéndums

El escritor suizo Peter Stamm cruza en su última novela, 'Noche es el día', las historias de un pintor de desnudos y una presentadora de TV desfigurada tras un accidente

Peter Stamm

Peter Stamm / periodico

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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El escritor suizo Peter Stamm (Weinfelden, 1963) dice que toda su obra gira en torno a la identidad. “A la imagen que nos formamos de los otros”, explica, pero también a la que nos formamos de nosotros mismos, la que mostramos a los demás y acabamos creyéndonos. Y también la de su país. Todos estos temas aparecen en sus novelas a partir de historias aparentemente banales, escritas con una prosa contenida, como la de su última novela, ‘Noche es el dia’ (Acantilado). Una presentadora de TV que ve su rostro desfigurado por un accidente en el que muere su pareja debe aprender a mirarse al espejo. Un pintor y profesor de artes plásticas que pinta una y otra vez a mujeres desnudas intentando captar su vestido mental, el personaje con el que sus modelos, incluso sin ropa, se recubren. Ambos, en crisis, se reencuentran en un hotel de montaña donde la periodista se recicla como animadora... 

“Es un enigma cómo una persona desde los 12 años hasta los 89 exteriormente se va transformando muchísimo, pero la imagen que tiene de sí misma es siempre la misma. ¿Lo interior y lo exterior van juntos o no? ¿Soy otra persona si de repente peso 20 kilos más o si llevo gafas? ¿Hasta qué punto mi interior se transforma a medida que el exterior se transforma?”, se pregunta Stamm.

La respuesta no es fácil. ”También se puede decir que en el fondo la desnudez no es lo que nosotros somos. Yo no soy exactamente yo mismo cuando no llevo ropa, mi ropa forma parte de mi personalidad, llevar camisa y no camiseta seguramente dice más de mí mismo que mi cuerpo desnudo”, añade Stamm.

CURACIÓN

Stamm ya abordó una historia de curación y terapia en otro libro. "No tenía interés repetirla”, considera. En este caso de los personajes de 'Noche es el día', “la sanación pasa por estar de acuerdo con uno mismo, con tus propias limitaciones. Excluir un poco la ambición pero no la aspiración a dar el máximo de uno mismo”.

‘Noche es el día’ parece en algunos momentos estar al borde de derivar hacia una novela humorística que satiriza el periodismo cultural, la enseñanza artística y las terapias alternativas (a partir de la conversión en terapeuta ‘new age’ de la esposa del pintor). Pero Stamm se frena. O lo frenaron. “Efectivamente, el mundillo cultural ofrece muchas situaciones idóneas para la burla. Mi editor me eliminó cien páginas con escenas que eran así, y tenía razón”, reconoce.

LA IDENTIDAD SUIZA

El problema de la identidad también es algo particularmente suizo, opina Stamm.”Somos un país muy mezclado, pequeño, con muchos idiomas y una cuarta parte de la población extranjera, y por eso tenemos esa necesidad tan fuerte de definirnos. Y lo hacemos con una imagen de nosotros mismos que en gran parte es una invención: el suizo campesino de las montañas, que ya no existe, héroes nacionales que nunca existieron, como Guillermo Tell y Heidi...”

Una característica de los suizos muy real es la participación contínua en referéndums. Una práctica democrática que ha originado más de un susto en otras democracias (cuando conversamos con Stamm ponemos sobre la mesa el Brexit y la consulta de Colombia; Renzi aún no se había estrellado). Para el suizo, esta práctica solo funciona de forma sensata, y no como excusa para un incontrolable voto de protesta, en países con una tradición consolidada.

“El peligro existe también en Suiza; hubo algunas decisiones que fueron claramente incorrectas, como la prohibición de los minaretes en las mezquitas. Pero precisamente porque la gente se ve obligada a hacer referéndums continuamente hay una discusión política continuada. La gente se lo toma muy en serio y muchas veces toman decisiones en contra de sus propios intereses. Precisamente ahora se ha discutido sobre el aumento de las pensiones, pero la propuesta fue rechazada porque los votantes eran conscientes de que no había fondos para sufragarlas”, dice Stamm.

El escritor explica que en casa debate con sus hijos de 11 y 14 años los temas de cada referéndum a los que son convocados los ciudadanos de la confederación. “Aprender a pensar así a votar de forma responsable es un proceso que lleva muchos años. A la gente que no ha votado un referéndum en toda su vida no puedes decirle que vote y se suelte: lo han hecho en Inglaterra y han tomado decisiones sobre la base de informaciones totalmente equivocadas o, claramente, de mentiras”.