ENTREVISTA

Raphael: "No quiero que mi público pueda reprocharme que me encasillo"

Rejuvenecido y pletórico, el cantante se reinventa en 'Infinitos bailes', disco compuesto por artistas como Bunbury, Dani Martín o Vanesa Martín

Raphael, fotografiado en Madrid con ocasión de la presentación de su último disco, 'Infinitos bailes'.

Raphael, fotografiado en Madrid con ocasión de la presentación de su último disco, 'Infinitos bailes'. / periodico

BEATRIZ MARTÍNEZ / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Podríamos decir que Raphael regresa con un nuevo disco. Pero en realidad nunca se ha ido. Su ritmo de trabajo frenético le ha llevado a encadenar un proyecto con otro y ahora, en su constante búsqueda de nuevos estímulos musicales, se ha unido a algunos de los talentos compositivos del momento para ofrecer una nueva versión de sí mismo. Rejuvenecido y pletórico, Raphael se reinventa en 'Infinitos bailes'.

¿Cómo surge este último proyecto? En los últimos tiempos había hecho diferentes álbumes versionando mis grandes éxitos, a los que yo llamo “las joyas de la corona”. Pero me di cuenta de que a mis espectáculos comenzaban a incorporarse nuevas generaciones y pensé que estaría bien que pudieran escucharme de una manera más contemporánea, más cercana a ellos. Porque ahora las cosas no se dicen como antes, las estructuras musicales han cambiado. Fue mi hijo Manuel quien me dio la idea y él se encargó de buscar a una serie de compositores que se pudieran adecuar a mi estilo.

¿Y cómo fue ese proceso de selección de autores? Yo tenía claro que quería volver a colaborar con Enrique Bunbury, porque es como un hermano para mí. Del resto se encargó mi hijo Manuel. Y me he llevado grandes sorpresas, porque yo no controlaba el panorama actual. No sabía por ejemplo que Manuel Carrasco o Vanesa Martín componían sus propias canciones. Iván Ferreiro me ha hecho una canción impresionante, 'Carrusel'. El resultado en general es tan bueno que creo que abre una nueva etapa en mi carrera.

¿Se les dio alguna pauta para la composición? Se supone que tenían que pensar en mí a la hora de componer. Pero no queríamos que las canciones imitaran mi estilo, sino que estuvieran empapadas de la propia personalidad de cada uno de los autores. Pero al mismo tiempo tenían que sonar a Raphael. Es una sinergia muy interesante, porque no se resta, sino que se suma. No se disfrazan las canciones. Las canto yo, y se empapan de mi personalidad, pero la melodía y las palabras les pertenecen a cada uno de ellos.

¿Por qué no ha grabado duetos con los autores? Porque la cosa no iba de eso. Quizás lo podamos hacer en el futuro de manera excepcional, pero no están concebidas así.

Ahora que ha ampliado repertorio, supongo que le será complicado incorporar las nuevas canciones. Es una suerte y al mismo tiempo un rompecabezas contar con tanto material. Para montar un concierto me las veo y me las deseo. ¿Qué quito y qué pongo? En general intento que haya una representación de cada época, de cada disco. Pero son cincuenta años ya en los escenarios y hay que hacer encaje de bolillos. Y ahora habrá que incorporar esta nueva etapa con la que estoy tan ilusionado.

Su anterior trabajo lo presentó en el Teatro Real e 'Infinitos bailes', en la discoteca Joy Eslava. Lo importante es seguir siempre evolucionando y no hacer nunca lo mismo. Quiero que mi público nunca pueda reprocharme que me encasillo. Me gusta sorprender, si no, todo sería muy aburrido.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/6\/3\/1480358257536.jpg","author":"EFE \/ FERNANDO ALVARADO","footer":"Raphael, en la discoteca Joy Eslava de Madrid, presentando el disco 'Infinitos bailes'"}}¿Hasta dónde llega su perfeccionismo? Pues hasta el punto de volver loco al gran Frank Pourcel, que era mi director musical. Soy muy exigente, tanto conmigo como con los demás. A veces me pueden acusar de cascarrabias, pero no es que esté de mal humor, es que me gusta matizar. Un día le dije: “Hoy ha estado bien”. Y él respiró aliviado. Pero a través del espejo le miré y le solté: “Pero ya veremos mañana” (ríe). Nunca más volvió. Soy demasiado perfeccionista, lo sé. Pero eso bueno.

¿Cuál es su secreto para seguir con tanta vitalidad? En realidad yo siempre he sido así. El día que deje de tener curiosidad e ilusión por las cosas, me retiraré. No diré nada, lo haré en silencio. Me pone nervioso eso de “gira de despedida”. Indudablemente algún día tendré que dejarlo, pero ahora mismo ni me lo planteo.

Después de pasar por una enfermedad, sentí un nuevo revivir. Aprendí a afrontar las cosas de una manera diferente. Así que aquí tienes ahora un chaval que en realidad está empezando de nuevo. Quizás sea difícil de entender, pero es así. Yo sentí un nuevo impulso, una fuerza recobrada, una necesidad impulsiva de seguir delante después de todo lo que me pasó. Mi pasión por la música es lo que me mueve a seguir adelante.

¿Qué cosas le quedan por hacer? Todo lo que he querido hacer lo he hecho. Nunca pienso en lo que no ha salido, sino en lo que sí. Ese es el espíritu que hay que tener. ¿Para qué lamentarse? Tengo proyectos que todavía están esperando su momento, como un Cyrano de Bergerac al estilo del 'Jekyll y Hyde' que hice. Todo a su tiempo.