GALARDÓN

Juan Eduardo Zúñiga, ese escritor ruso

El Premio Nacional de las Letras distingue al autor de la trilogía de la guerra civil en Madrid

Juan Eduardo Zúñiga.

Juan Eduardo Zúñiga. / nip

ELENA HEVIA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Primero fue el flechazo. Juan Eduardo Zúñiga, que este jueves ha sido distinguido con el Premio Nacional de las Letras españolas, del Ministerio de Cultura, suele recordarse a sí mismo con 12 años, cuando cayó en sus manos una edición de ‘Nido de nobles’ de Turguéniev. Era una mala traducción quizá, pero la potente literatura rusa del XIX se abrió camino hasta el corazón del adolescente que años después vería cómo la guerra civil se llevaba por delante el mundo de ayer. Esas dos coordenadas, su amor por rusos, Pushkin, Dostoievski, Tolstoi y ‘tutti quanti’ y la novelización del Madrid de la contienda civil, al estilo ‘Guerra y paz, marcan una carrera marcada por el rigor y la discreción de un autor, siempre alejado del ruido de la vida literaria, como narrador, traductor (del ruso, por supuesto, y también del portugués) y crítico. Incluso, la vocación rusa ha llegado a marcar su aspecto eslavo, gracias a unas luengas barbas que le sentarían bien a un mujik.

VALORACIÓN DE TODA UNA OBRA

Zúñiga se enteró del galardón poco antes que acudir a unas pruebas médicas que lo tuvieron ocupado. Nada preocupante, porque a sus 97 años (aunque en Wikipedia hasta este jueves le quitaran una década) se encuentra bien de salud. Su esposa, la editora y escritora Felicidad Orquín y especialmente su hija Adriana controlan el tráfico de la prensa. Y el autor responde, en una jornada un tanto agotadora para él, al otro lado de la línea telefónica: “Estoy muy satisfecho de este premio porque aunque ya me habían dado el Nacional de Traducción y el de Narrativa, este es el más gratificante porque ha sido una valoración a toda mi obra”. El jurado del premio, destinado a autores en cualquiera de las lenguas de España y dotado con 40.000 euros, ha reconocido en el escritor "una vida dedicada a las letras, en las que ha sido un maestro tanto en el género del cuento, realista y fantástico, como en el ensayo literario y la traducción".

La dualidad de Zúñiga como gran eslavista y reconocido narrador le ha permitido escribir unos hermosos textos misceláneos, a medias crítica literaria a media narrativa recogidos en el excepcional ‘El anillo de Pushkin’ (1983)  o la biografía literaria ‘Las inciertas pasiones de Iván Turguéniev’ (1999) que más tarde se recogerían en el libro 'Desde los bosques nevados' en Galaxia Gutenberg, el sello que ha publicado últimamente casi toda su obra. Aunque se inició como novelista a principios de los años 50, con 'Inútiles totales', su fama llegó más tarde con la trilogía sobre la guerra civil en 'Largo noviembre de Madrid' (1980). 'La tierra será un paraíso' (1986, Premio Nacional de Narrativa) y los relatos 'Capital de la gloria' (2003), que obtuvo el premio de la Crítica. Uno de sus último libros de ficción 'Brillan monedas oxidadas' (2010) es una colección de relatos. Buen conocedor de Larra, escribió un ensayo sobre su figura y una novela:'Flores de plomo' (1999). También obtuvo el Nacional de Traducción por la antología de la poesía y la prosa del portugués Antero de Quental.

FUTURAS MEMORIAS

Él sabe bien, por experiencia y por haberla trascendido en sus libros, qué significó realmente la guerra civil, y por eso es la persona indicada para explicar por qué en este momento en España no acaba de superar aquella brecha:  "El drama que supuso la guerra civil estará aún presente durante mucho tiempo porque los orígenes de la misma condicionan hasta el recuerdo y aún quedan zonas opacas", asegura.

Lo que le tiene muy ocupado en estos últimos años -quizá le fallen las piernas y el corazón necesite alguna ayuda médica pero mantiene una gran lucidez mental- es la redacción de sus esperadas memorias, que forzosamente ocuparán casi un siglo de vida española y que tiene ya bastante avanzadas. Aunque por el momento no quiera hablar de ellas, es de suponer que serán un interesante contrapunto a sus ficciones, ya que ha vivido momentos políticos trascendentes y, aunque siempre se ha dedicado a la escritura, ha compaginado ésta con trabajos muy curiosos y poco conocidos, que el libro desvelará. Habrá que seguirle la pista.