'Animales fantásticos y dónde encontrarlos': ¿y dónde está la magia?

Quizá la mejor cualidad de 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos' -al menos la que más réditos le dará en taquilla- es que se las apaña para dejar claras sus afinidades con la saga de Harry Potter sin renunciar a un sello único. Por otro lado, describir esta película como única no tiene mucho sentido puesto que, después de todo, ha sido diseñada como la primera entrega de una pentalogía. Y se le nota.

Las tribulaciones que Newt Scamander sufre mientras protagoniza su vistosa versión de una partida de Pokémon Go transcurren al ritmo propio del típico relato de orígenes de Marvel. Es decir, la película está tan ocupada sentando las bases de la nueva franquicia, construyendo su universo, que ocasionalmente se olvida de funcionar como aventura -la falta de un villano genuinamente intimidante no ayuda-. Y asimismo está tan llena de subtramas, todas ellas en pugna por minutos de metraje, que pierde cohesión.

De hecho, a ratos 'Animales fantásticos' resulta frustrantemente episódica y carente de envergadura dramática. Y a pesar de que esos episodios son visualmente deslumbrantes y las bestias del título imponen, las numerosas secuencias de acción que protagonizan atascan el relato. Y, pese a estar habitada por tantas criaturas maravillosas, la película no transmite magia. Quizás entregas posteriores sí la ofrezcan, acompañada de una historia absorbente. Y quizá entonces los personajes sean realmente memorables. De momento son solo resultones aunque, eso sí, lo  suficiente como para que no veamos la existencia misma de 'Animales fantásticos' meramente como una cínica estrategia comercial.

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