Salvador Alemany, nuevo presidente de la Fundació del Liceu

El presidente de Abertis, hasta ahora al frente del Consejo de Mecenazgo, sutituye a Joaquim Molins relevado por motivos de salud

Salvador Alemany, en la platea del Liceu.

Salvador Alemany, en la platea del Liceu. / ACN

ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Salvador Alemany, presidente de las empresas Abertis Infraestructuras y Saba, ha sido designado por Carles Puigdemont como nuevo presidente del patronato de la Fundació del Gran Teatre del Liceu. Alemany ha agradecido haber suscitado el consenso entre las cuatro administraciones (Generalitat, Ministerio de Cultura, Diputación y Ayuntamiento de Barcelona) y los patronos privados reunidos esta mañana en el Palau de la Generalitat. Alemany ocupaba hasta ahora la presidencia del Consejo de Mecenazgo. El presidente de la Generalitat, en quien recae la presidencia honorífica del Patronato destacó el gran trabajo llevado a cabo por Joaquim Molins, que capitaneó la fundación desde el 2013 y ha abandonado por motivos de salud. Molins (Barcelona, 1945) pasará a integrar el patronato como vocal como representante de la Generalitat. 

Alemany ha puesto énfasis en la necesidad de recuperar el nivel de aportaciones procedentes del mecenazgo privado. "Se ha trabajado mucho en ello, pero aún estamos por debajo a los momentos punta de aportaciones previa al inicio de la crisis", ha lamentado. Según Molins, es imprescindible "combinar la colaboración pública y privada para conseguir la estabilidad" tras una fase "delicada" que se ha podido superar "gracias al esfuerzo de propio Liceu para regular sus cuentas y a la aportación de las administraciones". 

"NO SOY EXACTAMENTE UN MELÓMANO"

En su primera intervención como presidente del patronato del Gran Teatre, Alemany se ha permitido también un par de notas personales. Ha recordado que nació en el Raval ("Y cuando pasaba por delante del Liceu lo veía muy lejos conceptualmente, socialmente y económicamente. Hoy el Liceu ya no es así. Ha generado mecanismos de accesibilidad a todos los estamentos sociales") y que su grado de afición a la música no llega al nivel de su antecesor Molins. "Él incluso canta por la calle. Yo en cambio no soy exactamente un melómano. Pero me han dicho que lo que es importante es la gestión y el imbricamiento social".

Según Alemany, desde el Govern de la Generalitat no se le ha comunicado la existencia de ninguna objeción a su persona presentada por grupos políticos como ERC o las CUP, y si las hay, ha añadido, "las salvaremos a través del diálogo". 

Entre los retos de Alemany figura el de "aproximar el Liceu a los actores del mecenazgo", incluyendo a empresas con sede en Madrid que "tengan interés de proyectar un tipo de imagen en este país", y aprovechar la oportunidad que suponen las bonificaciones fiscales que beneficiarán al Liceu con motivo del 20 aniversario de la reconstrucción tras el incendio de 1994. 

El nuevo presidente del patronato considera que, en el flanco artístico, la programación del Liceu está "bien encarrilada", y ha opinado que la institución ya cuenta con un "formidable equipo directivo y artístico para afrontar un futuro de excelencia", en el que el Gran Teatre debe aspirar a jugar "en la Champions" de los teatros de ópera europeos y a "reconstruir el relato" sobre su papel. En este mismo sentido de apoyo a las figuras del director general Roger Guasch, Molins ha avanzado que en la reunión del patronato también se han aprobado las líneas generales del plan estratégico 2018-2021, que se aprobará definitivamente en la próxima reunión del patronato. 

LA NUEVA FÓRMULA DE GOBIERNO DEL GRAN TEATRE

Molins fue el primer presidente del Patronato de la sociedad civil. Anteriormente la presesidencia iba rotando entre los representantes de las instituciones, algo que cambió tras la aprobación de los nuevos estatutos en el 2012. El objetivo era colocar al frente del Patronato a una personalidad con conexiones para atraer mecenas privados y así reforzar la capacidad económica del Gran Teatre. Molins llegó al cargo en una época delicada, en plena crisis. Durante su mandato se nombró a Roger Guasch como director general del Liceu y se implantó el Plan Estratégico y de Viabilidad 2014-17 para sanear las cuentas del Gran Teatre, mantener un proyecto artístico de calidad y en desarrollar su función social.  

Con más de dos siglos de historia,  tras el incendio que asoló el coliseo en 1994 el Liceu pasó a ser un teatro de titularidad pública (Generalitat de Cataluña, Ministerio de Cultura, Ayuntamiento de Barcelona y Diputación de Barcelona) administrado por la Fundación del Gran Teatre del Liceu en la que están representadas la Sociedad del Gran Teatre del Liceu (antiguos propietarios) y el Consejo de Mecenazgo del Gran Teatre.