Jaime Martín dirige el concierto más doloroso

Jaime Martín dirige este miércoles en el Palau de la Música a su querida Orquestra de Cadaqués, que contribuyó a fundar como flautista en 1988, de la que es titular desde el 2011. Lo hará en sustitución de Sir Neville Marriner, célebre maestro inglés y director honorario de la formación fallecido el pasado día 2, a los 92 años. "Esta es una gira que me encantaría no tener que hacer", ha confesado todavía con el recuerdo vivo de su última visita a casa de Marriner para repasar juntos unas partituras. Entre las cosas que le ha inoculado Marriner destaca dos. "Me enseñó a no tomarme demasiado en serio. Él, pese a ser una eminencia, siempre fue una persona cercana. También aprendí a trabajar con el máximo rigor y disciplina", ha apuntado el músico que trabajó estrechamente con él, primero como flautista y después como director.   

El concierto, el primero del ciclo BCN Clàssics, estará dedicado a la memoria de Marriner y cuenta con el mismo programa previsto: obertura del ballet ‘Alphons et Leonore’, de Ferran Sor; 'Concierto para violín y orquesta en Mi menor' de Mendelssohn, con el premiado Augustin Hadelich como solista, y la 'Sinfonía núm.2 en Re mayor' de Beethoven, cuyas obras estructuran la primera programación de BCN Clàssics.

25 AÑOS Y 96 CONCIERTOS

Marriner siempre estuvo muy unido a esta orquesta, surgida en 1988. La dirigió por primera vez en 1991, a los 67 años. "Entonces pensamos que habíamos encontrado el director ideal pero lamentábamos que fuera tan mayor. ¡Quién nos hubiera dicho que estaríamos unidos durante 25 años y dirigiría 96 conciertos con nosotros!", ha exclamado Llorens Caballero, director artístico de la formación. El apoyo de Marriner fue fundamental. Él era toda una eminencia pero conectó con el espíritu entusiasta de la formación. En 1958 fundó la famosa orquesta de cámara Academy of St. Martin in the Fields y en 1984 realizó la banda sonora de 'Amadeus', de Milos Forman, oscarizado filme centrado en la figura de Mozart.

"Neville era una de las personas más jóvenes y vitales que he conocido, alguien que para mí siempre ha estado allí. Su muerte es un 'shock", asegura Martín, todavía afectado, a quien le cuesta hablar en pasado de alguien que siempre ha tenido cerca. "Marriner me ha marcado. Fue el primero que me animó a dirigir. Y también ha dejado huella en la personalidad y el sonido de la Orquesta de Cadaqués. Nos enseñó a buscar la misma calidad de sonido que hay en las grabaciones, algo imposible sin duda, pero sirvió para ponernos el listón muy alto". 

En los años 80 la Orquesta de Cadaqués representó un soplo de aire fresco. Estaba formada por la primera generación de jóvenes españoles sobradamente preparados que empezaban a destacar en diferentes formaciones de prestigio en toda Europa. "Tras pasar por la Joven Orquesta Nacional de España algunos de nosotros sentimos la necesidad de seguir encontrándonos para hacer música juntos porque cuando nos reuníamos era siempre una fiesta", recuerda Martín. "Y cada cual trajo consigo a amigos de otras orquestas, de ahí la presencia de gente de todas partes". En la actualidad la mitad de los intérpretes pertencen a la plantilla fundacional. "Aunque nos van saliendo canas y arrugas, nuestro espíritu se mantiene joven". Se lo contagió Marriner.