UN CONJUNTO ÚNICO Y SINGULAR

Tres décadas coleccionando

La Caixa celebra el 30º aniversario de su fondo de arte contemporáneo sumando mil obras excepcionales

Isidre Fainé, presidente de la Fundació Bancària La Caixa, y Josep Vilarasau, impulsor de la colección de arte contemporáneo de la institución.

Isidre Fainé, presidente de la Fundació Bancària La Caixa, y Josep Vilarasau, impulsor de la colección de arte contemporáneo de la institución. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Durante mucho tiempo se la consideró la colección privada de arte contemporáneo mayor de España. Ahora, Ninfa Bisbe, su responsable, no se atreve a afirmarlo: "En calidad y singularidad de las obras seguro que lo somos. ¿Quién tiene un 'beuys'? ¿Quién tiene unos frescos de Francesco Clemente? ¿Quién tiene un 'meireles' como el nuestro? No sé si hay alguna colección con más piezas, pero esta es única por su singularidad, dimensión e historia". El fondo en cuestión es el de la Obra Social La Caixa. Fondo que cumple 30 años y lo celebra con unas jornadas, este fin de semana en CaixaForum, para hacer balance de estas tres décadas y mirar el futuro del coleccionismo en la cada vez más globalizada realidad del arte.

El mañana se intuye bueno, y la historia de estas tres décadas se sabe positiva. El reconocimiento de la colección es indiscutible, figura entre las mejores de Europa, al igual que lo son las obras y los artistas que acoge: 977 piezas, algunas esenciales, como 'Caga en tu sombrero. Pon la cabeza sobre una silla' de Bruce Nauman, la obra que más sale en préstamo; o 'Se cuenta detrás del hueso', la primera instalación espacial que realizó Joseph Beuys, aunque esta no viaja nunca porque el artista la creó con vocación de permanencia. Los creadores representados son 401, entre ellos los más significativos del arte contemporáneo del país y del extranjero. Ahí están, entre otros y además de los citados, Juan Muñoz, Antoni Tàpies, Jannis Kounellis, Donald Judd, Antoni Muntadas, Gerhard Richter, Sigmar Polke, Steve McQueen, Juan Uslé, Mona Hatoum, Cristina Iglesias y Olafur Eliasson. Hay más cifras, como las 150 exposiciones organizadas con los objetivos de mostrar la colección y de romper la barrera que se levanta entre el público y el arte más actual.

PINTURA NEOEXPRESIONISTA Y NUEVA ESCULTURA

Y eso último. "La vocación de servicio público y de dar acceso a la cultura y a las nuevas formas de pensar" fue lo que motivó el "compromiso con la cultura" de la institución a principios de los 80, explica Elisa Durán, directora adjunta de la Fundació Bancària La Caixa. En 1979 se inauguró el primer centro cultural, el Palau Macaya, y en 1982 se puso la simiente de la colección que contó con el impulsó del entonces director general, Josep Vilarasau, y ahora cuenta con el apoyo de Isidre Fainé, presidente de la fundación. En el año en cuestión se programó la muestra '26 pintores, 13 críticos' y la entidad adquirió una obra de cada uno de los presentes. Luego llegaron las compras del arte del momento, la pintura neoexpresionista, sobre todo de la transvanguardia italiana y los nuevos salvajes alemanes, con Enzo Cucchi, Francesco Clemente, Anselm Kiefer y A. R. Penck a la cabeza; y la nueva escultura, con Anish Kapoor, Richard Long, Tont Cragg y Richard Deacon, entre otros. 

"La colección se singulariza por las obras que reúne pero también por la libertad y subjetividad con la que se ha creado", apunta Bisbe refiriéndose a que las compras siempre se han hecho con el asesoramiento de expertos internacionales y a que en el momento en que se empezó, en el que no se habían creado aún los museos de arte contemporáneo, no se cayó en la tentación de crear una colección canónica. "No hemos sentido la obligación de representar ninguna historia concreta sino que hemos estado atentos al arte emergente del país y lo hemos relacionado con los artistas europeos y norteamericanos", sostiene la conservadora. Y eso, la relación entre piezas, es una de las palabras clave que mejor definen los fondos: "Lo más triste que le puede pasar a una colección es que una obra se quede en un almacén, sola y aislada", reflexiona.

LAS ÚLTIMAS ADQUISICIONES

Un balance bueno. Y un futuro que se augura en el mismo camino. Lo vínculos con otras instituciones, como el Macba y la Fundación Gulbenkian, se mantienen o crecen. Igual que lo hace la colección que en estas tres décadas ha aumentado cada año una media de entre 15 y 30 piezas. Las últimas obras en entrar, en el 2015, llevan los nombres de Tony Oursler Nicolás Paris. Las del 2016 aún no se conocen, se decidirán en diciembre. Y el presupuesto para adquirirlas ni se sabe ni se sabrá. Tampoco importa, lo que al final cuenta es la colección y su evolución: "Empezamos con mucha pintura y hoy mandan el video y las tecnologías digitales", concluye Bisbe.