LOS ESTRENOS DE CINE DE LA SEMANA

Oliver Stone: "Si mis miedos son ciertos, estamos todos perdidos"

Entrevista con el director de 'Snowden', que llega esta semana a las pantallas españolas

Oliver Stone, antes de dar clase y de recibir el premio honorífico del festival de Sitges del 2015.

Oliver Stone, antes de dar clase y de recibir el premio honorífico del festival de Sitges del 2015. / periodico

NANDO SALVÀ

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Es el entrevistado perfecto. Y no solo porque escupe titulares de forma compulsiva sino también porque, mientras lo hace, vuelca en su discurso el mismo tipo de pasión que lleva tres décadas poniendo en su cine, casi siempre con el fin de destapar las vergüenzas políticas de su país a lo largo del último medio siglo. Oliver Stone estrena ahora en España 'Snowden', 'biopic' sobre el hombre que hace tres años desveló al mundo el sistema de espionaje masivo creado por los organismos de inteligencia estadounidenses.

¿Por qué creyó necesario hacer una película sobre Edward Snowden? Creí importante hacerla porque Snowden ya es una figura históricamente esencial, que será recordado por haberse enfrentado al poder movido por sus convicciones. Dicho esto, no creo que mi película sea necesaria. Su existencia no les quita el sueño a quienes nos vigilan. 'Snowden' desaparecerá muy pronto, en unos meses nadie se acordará de ella. Pero la CIA y NSA no se irán a ningún lado. Seguirán aquí, controlando nuestros movimientos, amparados por la gran mentira.

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¿La gran mentira? Sí, la idea de que los estadounidenses somos los buenos y todos los demás quieren destruirnos. Desde la segunda guerra mundial mi país ha usado esa falacia como excusa para aumentar nuestro sistema militar y armamentístico. Y lo ha hecho sin descanso, incluso en los años de Gorbachov y sus esfuerzos pacifistas. Solo un mes después de la caída del Muro de Berlín invadimos Panamá, porque de repente Noriega era el gran villano. Y así seguimos, cometiendo todo tipo de abusos con la excusa de proteger a la gente, como hacían los nazis en los años 30. ¿Realmente queremos ese tipo de protección? Yo no.

Pero mucha gente sí parece aceptar de buen grado la necesidad de sacrificar su privacidad y su libertad personal a cambio de gozar de la ilusión de seguridad. Sí y eso es muy triste, realmente terrible. Se nos ha lavado el cerebro. Se estimula el miedo al enemigo externo, no importa quién sea. La maquinaria mediática que el Gobierno controla extiende sentimientos como la rabia y el odio. ¿Se acuerda usted de la Semana del Odio que George Orwell describía en '1984', durante la que el Gran Hermano se dedicaba a predicar la importancia de eliminar al enemigo? Pues nosotros vivimos permanentemente en esa semana.

Usted se ha pasado 30 años predicando verdades sobre su país que mucha gente no quiere escuchar. ¿Cree que ha pagado por ello? Sí. Se me ha criticado de forma salvaje, se me ha estigmatizado y ridiculizado; me han llamado loco, y paranoico. Pero que seas un paranoico no significa que no te estén persiguiendo; especialmente en la actualidad, inmersos como estamos en este sistema de vigilancia permanente que Snowden denunció. No quiero tener razón, porque si mis miedos son ciertos estamos todos perdidos. A la industria de cine estadounidense no le interesa que los espectadores piensen demasiado, ni que cultiven sentimientos antiamericanos. Lo que quieren son películas como 'El francotirador', basura reaccionaria que apela a la forma más fascista de patriotismo.

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¿Alguna vez sintió la tentación de hacer otro tipo de cine? No. Tienes que ser fuerte y mantener tus convicciones fuertes como una roca, y hacer lo correcto aunque no sirva para nada. Yo hice tres películas sobre la debacle de Vietnam y eso no impidió que entráramos en Irak, pero  no me importa. Alguien tenía que hacerlas.

Ha comparado la América de Obama con la RDA en los años de la Stasi. ¿Tanto le ha decepcionado su presidente? Creo que es un hombre decente, pero muy débil. No le gusta la confrontación, y por ello ha sido empujado por Hillary Clinton y otros neoconservadores de su gabinete a continuar lo que Bush empezó y convertir Estados Unidos en el sistema de espionaje más desarrollado de la historia. De todos modos, si Clinton hubiera estado en la Casa Blanca ahora mismo nos encontraríamos sumidos en una gran guerra. O quizá el ISIS estaría en Damasco, no sé. En todo caso, estaríamos sumidos en el desastre.

Es posible que Clinton esté en la Casa Blanca muy pronto. Ya. El pueblo americano se dirige irremediablemente a su propia destrucción. Y quizá sea positivo. Tal vez de las cenizas surja algo nuevo, algo bueno.

En todo caso, ¿realmente importa quién es el presidente de Estados Unidos? Soy suficientemente viejo para asegurarle a usted que no. Es decir, un presidente fuerte como Kennedy podría haber marcado la diferencia, pero a estas alturas estaría muerto. La CIA trabaja sin descanso en todas partes del mundo, también en España, para sabotear a cualquier líder progresista.