INTERFERENCIAS

Cocaína, brujas, pesadillas e intrusos

JULIÁN GARCÍA

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LADRIDOS ESTUPEFACIENTES

Edward Bunker (el Sr. Azul de 'Reservoir Dogs') escribió 'Perro come perro' (Sajalín Editores) con conocimiento de causa. Antes de dedicarse a las novelas policiacas como la que nos ocupa, en la que tres viejos colegas de presidio se embarcan en un golpe presdestinado al fiasco, Bunker había pasado buena parte de su vida entre rejas tras cometer todo tipo de delitos, incluidos el robo de bancos y el tráfico de drogas. Algo estupefaciente gravita alrededor de su adaptación al cine a cargo de Paul Schrader, 'Dog eat dog', presentada este lunes a concurso. Cine cocainómano, hilarante y chirriante al mismo tiempo, con un Nicolas Cage extrañamente sereno y un Willem Dafoe gloriosamente desfasado.


LA BRUJA Y PUMARES

“El mayor susto de #BlairWitch ha sido Pumares gritando a alguien q apagara el movil”. El tuit de @tododesdemisofa definió con jocosa clarividencia la sensación de fiasco que dejó la actualización de 'El proyecto de la bruja de Blair'. Más allá de su factura impecable, ni siquiera la presencia tras la cámara (las muchas cámaras, dron incluido) del siempre estimulante Adam Wingard ('The guest') insufla vida propia a 'Blair Witch', siempre menos aterradora que efectista. Por cierto, el primero que muere es el dron.


SUEÑOS PERTURBADORES

Un cierto aura de malditismo rodea a ‘Somnia. Dentro de tus sueños’, drama sobrenatural que se beneficia del carisma de Jacob Tremblay, el niño de ‘La habitación’, pero no rodado después de dicha película, sino antes. Su salida a la luz está siendo tortuosa. Se entiende en parte: Mike Flanagan rueda con estilo, pero sus apelaciones a la emoción son dudosas en muchos sentidos.


EL VECINO INTRUSO

Tras su bonito cuento de fantasmas 'Journey to the shore', el director japonés Kiyoshi Kurosawa recupera en 'Creepy' ese terror oblicuo, líquido, siempre elegante, que le encumbró en los 90 con clásicos como 'Cure' o 'Pulse'. A partir de una historia policial de desapariciones, Kurosawa sublima el concepto del intruso familiar hasta extremos perturbadores, entre lo atroz y lo cómico, y nos obliga a mirar a nuestro vecino de al lado con otros ojos. Cuidado con él.